DIMES ENTRE URIBE Y CHÁVEZ ¿CUÁL PRESIDENTE SIN PALABRA?
GOTAS DE O2.
POR: MANUEL FERNANDO MUÑOZ B.
manferoz@yahoo.com; www.manferoz.blogspot.com
Enero 27 de 2008
POR: MANUEL FERNANDO MUÑOZ B.
manferoz@yahoo.com; www.manferoz.blogspot.com
Enero 27 de 2008
Desde los momentos previos a la liberación de Clara Rojas y de Consuelo González, este país se encuentra en medio de un “hervidero” de dimes y diretes, con insultos que van y vienen entre los presidentes de Colombia y Venezuela y peor, entre los hermanos colombianos. Claro que el mandatario Hugo Chávez ha traspasado todos los límites de la decencia y la diplomacia y no se le puede permitir tanta ofensa; pero aquí viene lo que a muchos compatriotas no les gusta: “que en su cara se les enrostre sus verdades”. Y, a pesar de que en nuestro país el Presidente Uribe tiene la más alta popularidad que nunca gobernante alguno ha alcanzado, también es cierto que los colombianos hemos sido alcahuetas y cómplices con aquellos personajes y hechos que han rodeado el pasado de Uribe Vélez y su familia, como también el de sus aliados políticos. Pareciera que la palabra del presidente de Colombia dejara mucho que desear.
Como dato por verificar, Pedro Juán Moreno, el mejor amigo de Álvaro Uribe, denunció en su revista “LA OTRA VERDAD”, que nuestro presidente - tan querido por tantos colombianos de doble moral y otros tantos que desconocen nuestra historia - se encuentra listado por la CIA como uno de tantos mafiosos que han tenido que ver con el trafico de cocaína en Colombia. ¿Verdad o mentira?, ese hecho aparece en un listado de personas registradas en esa central de inteligencia de los Estados Unidos. Pedro Juán Moreno no está vivo, murió en un trágico accidente aéreo. ¿Curioso, no? Estamos en Colombia.
Que Uribe Vélez, sus familiares y algunos integrantes de su gobierno hayan o no sido parte del negocio del narcotráfico y de la violencia de las motosierras, es algo que no le importa a los ciudadanos que lo ven como el “mesías”, también piden “asesinar” a los terroristas de las FARC. Así como la estadística es matemática precisa, también es contundente que muchos de los aliados del presidente estén inmersos en hechos de terrorismo (paras y parapolíticos), altos militares de las fuerzas armadas envueltos en líos de tráfico de estupefacientes y de compra venta de información y además, de los políticos en el negocio de la corrupción, otra mafia en Colombia. Todos estos elementos, juntos y/o separados, conllevan a que siga existiendo una u otra forma de violencia, en el campo y en las ciudades, violencia que ha ido creciendo en lo social, debido a la escasa inversión que se ejecuta, la mayoría del presupuesto del Estado va para la guerra. Esto es caldo de cultivo para que en este país los grupos armados se tomen la defensa, como sea, de los intereses del pueblo.
Cobra especial interés en este momento tan explosivo, que el presidente Álvaro Uribe y quienes lo siguen, utilicen la violencia verbal y de hechos contra quienes no piensan igual que ellos. Es decir, repasando la historia, podríamos estar ad portas de una guerra civil, una más de que tantas han ocurrido en esta república. ¿Cuánto podrían aguantar los insultos unos y otros, violando entre si, todo derecho constitucional de libertad de ideología y pensamiento? Y otro hecho más que se agrega a la politiquería que desde el gobierno nacional se practica, es el respaldo y ayuda del presidente Uribe a su primo-hermano el presunto paracopolítico, el Senador Mario Uribe (preso), que ya va en denuncias penales entre los presidentes de la República y de la Corte Suprema de Justicia, y en donde, además, supuestamente Uribe Vélez ha cometido cohecho y sus abogados han llegado al colmo de falsedad en presentación de documentos públicos ante notario y será la Comisión de Acusaciones de la Cámara – los amigos y aliados políticos del presidente - que investigará estos hechos. ¿Qué justicia podrán aplicar? Recordemos el caso Ernesto Samper, el del narco-elefante.
Bienvenidas vivas y sanas a la libertad Clara Rojas y Consuelo González. Que todos los secuestrados regresen en igual forma a sus hogares. No es posible continuar en este infierno de país, viviendo como se vive. Tampoco se puede seguir permitiendo al presidente que cada día cambie de idea y de propuesta para alcanzar la liberación de los secuestrados. Ese último cuento de que la fuerza pública rodee los campamentos en donde están ubicados los plagiados, es de grave riesgo para la seguridad de ellos. Ahí podrían asesinar las FARC u otras fuerzas, a quienes están retenidos en contra de su voluntad y como rehenes son escudos humanos y garantía para el desplazamiento en la selva de estos malhechores. Compartimos con Lorenzo, el hijo de Ingrid, que Álvaro Uribe maneja dos discursos, uno en Europa y en especial con Francia, y otro en Colombia y USA. ¿Con cuál de las 2 peroratas gana Uribe y pierden los plagiados?
Ingrid Betancourt completó 6 años de secuestrada y, a pesar de todo, sigue siendo la secuestrada más valiosa de la guerrilla de Marulanda y no va ha ser entregada tan fácil y mucho menos, cuando en este país somos indiferentes a la suerte de esos compatriotas que se están muriendo en la selva, mientras aquí nos enfrentamos sin consideración alguna. Ingrid debe regresar a continuar con su trabajo por una mejor democracia y para alcanzar un país con respuestas viables a las necesidades de su sociedad.
No marcharemos el 4 de febrero, si es para reivindicar y fortalecer a un presidente dañino de las bases populares colombianas y a sus cortesanos. Y a las FARC: NO MÁS SECUESTROS, NO MÁS VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS. LIBEREN YA A LOS SECUESTRADOS, SIN EXCEPCIÓN.
Plagiando a alguien, “a veces uno piensa que no es el conflicto lo que no existe, sino más bien el país”.