EL JUDAS PALMIRANO
GOTAS DE O2.
Por: MANUEL FERNANDO MUÑOZ BENJUMEA.
Julio 25 de 2008
“La democracia es la esencia de la libertad de los ciudadanos en el predominio que alcanzan, para intervenir en el gobierno de un Estado”.
Los habitantes de Rozo, corregimiento ubicado al noroccidente del municipio de Palmira, están buscando autonomía político-administrativo y han presentado un proyecto de ordenanza a la Asamblea del departamento del Valle del Cauca (hoy me enteré, que aún no ha sido presentado en secretaria dicho proyecto), para segregarse de Palmira y convertirse en el municipio N° 43. Para adelantar tal proceso, desde hace 2 años vienen trabajando algunas personas del sector, lideradas por el diputado liberal palmirano Juán Carlos Salazar. A este grupo de personas se han unido importantes personajes de la vida política de la región, como el propietario de una emisora y uno de sus analistas políticos, ambos, en algún momento de sus vidas, involucrados en oscuros juicios judiciales políticos, de los cuales salieron airosos, afortunadamente para ellos. El diputado Salazar, se encuentra involucrado en la pérdida de su investidura como diputado, decidida en primera instancia en su contra, por el correspondiente juez. En aras de la objetividad, a Rozo y demás corregimientos de Palmira, anteriores administraciones a esta han sido indiferentes con sus necesidades y no han llegado con las inversiones necesarias. El actual alcalde, Raúl Arboleda, junto a su equipo de trabajo, han construido un plan de desarrollo en el que esta zona, importante polo, ha tenido un tratamiento como nunca antes lo había prestado gobierno municipal alguno. Agua potable, alcantarillado y demás servicios vitales tienen prioridad en este plan de gobierno, proyectos que serían realidad en menos tiempo del planteado por el Gobernador Abadía a los roceños el pasado martes 22 de julio. El municipio de Palmira después de semejante descalabro fiscal, que por corrupción intensa, tuvo que acogerse a la Ley de quiebras o reestructuración económica - del año 2001 al 2009 - y hasta que se encuentra libre de esos pasivos desangradores, podrá volver a retomar una tónica de inversión con equilibrio, justicia y responsabilidad que le permita alcanzar bienestar para todos los palmiranos, incluidos los paisanos de Rozo y alrededores. Llama poderosamente la atención que un hijo de la tierra, Juán Carlos Salazar, sea quien esté promoviendo este proceso de desintegración de Palmira, próspera hasta hace unos años y caída en desgracia por las malas gestiones de sus dirigentes políticos, entre ellos su señor padre, ya fallecido - ex gerente de las desaparecidas Empresas Públicas Municipales y por respeto a que no vive, se mantiene en el olvido ciertos hechos ocurridos en ese entonces -, venga ahora a proponer “partir” este municipio en el que nunca ha aportado propuesta alguna para ayudar a sacarlo de las crisis que hemos tenido que padecer y que, seguramente, en represalia a la escasa votación que aquí consigue, es estrategia para este Judas palmirano entregar un sector de Palmira a cambio de una votación que tal vez pudiera conseguir en el nuevo municipio que le permita trascender en su carrera política. Este palmirano es un desagradecido con su tierra, es de aquellos malos hijos a quienes no les importa “reventar” a su madre con tal de encontrar beneficios personales. Afortunadamente, el Gobernador del departamento, en su intervención el martes anterior, no hizo caso al Judas Salazar, quien trató de comprometerlo a decir si, - delante de los manifestantes de Rozo -, para que ellos sean el municipio 43 del Valle del Cauca. Sensatez y cordura demostró Juán Carlos Abadía. Será entonces el trabajo político que se adelante ante la Asamblea del departamento por parte de los habitantes de Rozo y de las autoridades de gobierno municipal, la clase política, los empresarios, las fuerzas vivas y cívicas y la sociedad en general de la ciudad de Palmira y del departamento, las que decidirán la suerte de esta importante zona del Valle del Cauca y de Colombia, eso si, mostrando cifras estadísticas de qué se ha hecho, que se ha entregado y qué hay para invertir, además de imaginar cuál sería el futuro de un nuevo municipio, ante la crisis fiscal que vive, no solamente el departamento sino la Nación. Los palmiranos y su gobierno deberían declarar persona no grata a Juán Carlos Salazar y, en próximas elecciones, los cotudos ignorarán a este ingrato y perverso personaje. No merece nada, quien nada ofrece o entrega, diferente a promover los menoscabos y pérdidas a quienes desmiembra y crea, solo por alcanzar los votos que en la cabecera municipal nunca tendrá. Finalmente, un gran y potencial municipio como Palmira, con un importante presupuesto y posibilidades de obtener recursos adicionales, con mayores posibilidades de promover, gestionar y ejecutar las obras que le permitan a sus habitantes conseguir el cubrimiento de sus necesidades, serían muy difíciles de lograr en un municipio recién creado bajo el espíritu de administrar porbreza. Además, ¿cómo así que los promotores de la segregación dibujan una nueva jurisdicción geopolítica y a su antojo cercenan la mejor parte del territorio palmirano? Rozo, La Acequia y La Torre juntos no tributan más de $2 mil millones de pesos anuales de predial e industria y comercio y para “cañar” a la Asamblea del departamento, maquillan una “torta” presupuestal, anexando a Palmaseca y La Dolores, para alcanzar los requisitos exigidos en la Ley.
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