EL AFÁN DE ACUAVIVA
Una desgracia para los palmiranos
Una desgracia para los palmiranos
Los palmiranos pagamos vía tarifa el valor de un software que los franceses (Lysa) le vendieron a ACUAVIVA por $2 millones de dólares y luego con el beneplácito de Miguel Motoa en la junta directiva, modificaron el contrato devolviéndole la propiedad del software a Lysa; y no contentos con esto, el alcalde Miguel Motoa como presidente de la junta directiva, no se opuso a que los palmiranos pagáramos durante 9 años (2003 – 2012) vía tarifa, cerca de $25 mil millones de pesos, como consecuencia de un nuevo contrato de asesoría técnica innecesario con los franceses. El municipio de Palmira le otorga subsidios por valor de $5 mil millones de pesos a la empresa ACUAVIVA, cuando estaban incluidos en la estructura tarifaria por acuerdo del contrato de arrendamiento. Siendo así, los estratos 1, 2 y 3, debieran estar pagando menos costo por el servicio de acueducto y alcantarillado.
Esos subsidios fueron aprobados por lo coalición de Adolfo Castro y Miguel Motoa en el Concejo y cancelados por ellos mismos a ACUAVIVA; por eso nos queda la impresión que los caciques de esta aldea llamada Palmira, no solamente arruinaron los servicios públicos para entregárselos a los franceses, sino que siguen lucrándose de ellos.
La empresa ACUAVIVA se niega a consignar $12 mil millones de pesos para el Fondo de Reposición de Activos, cuando la infraestructura de acueducto y alcantarillado es propiedad del municipio, es decir, de los palmiranos. Y como si fuera poco, el doctor Motoa en su alcaldía, intentó que ese Fondo lo constituyera el municipio, pero espléndidamente esas intenciones le fracasaron.
Afortunadamente hoy, se adelanta una Acción Popular para que ACUAVIVA cancele estos dineros. ¿Por qué tanto silencio?... ¿Cuánto valen los intereses monetarios de todo este dinero retenido propiedad del Municipio de Palmira, es decir, de los palmiranos?... Ya que la justicia no ha podido castigar a los responsables de toda esta iniquidad, vale la pena indagar si estamos dispuestos a castigarlos de una manera ejemplar en las urnas. ¡Deberían estar en la cárcel!.
Los alcaldes Miguel Motoa y Adolfo Castro, con voz y voto en la junta directiva de ACUAVIVA en representación de los palmiranos, jamás reclamaron los $50 mil dólares mensuales que ACUAVIVA desde 1998 debió transferirle a la CVC, para la protección de nuestra Cuenca Hidrográfica del Río Nima que nos abastece del precioso líquido.
Sabemos de los antecedentes de los franceses en las empresas que ellos manejan. Mi hermano de letras, Antonio Caballero, ya lo dijo no hace mucho en la Revista Semana: “…la empresa francesa Lyonnaise des Eaux, que sabe tanto de tratamiento de aguas negras como de tratamiento de políticos. Incluye todo: costos reales, sobornos, comisiones ilegales, vacuna a las guerrillas de la zona, pagos al comandante del batallón local, la minuta del bufete de abogados internacionalistas que va a resolver los problemas con el Estado colombiano por incumplir las cláusulas de costo y tiempo del contrato, la minuta del bufete de abogados penalistas que defenderá a la empresa cuando sea acusada de haber pagado sobornos, comisiones y vacunas; el pago de jueces; el pago de guardaespaldas; el pago de propinas…”.
Los padres de familia y los niños con desnutrición progresiva en las casas sin agua del barrio Simón Bolívar, son una desgracia. Sin embargo, Álvaro Arbeláez en representación de los accionistas, grita complacido en el recinto del Concejo: ¡Acuaviva no es una entidad de beneficencia!... ¿A dónde está el Pinocho que se proclama el defensor de los pobres?...
La reciente auditoria de la Contraloría de Palmira, dejó en evidencia el engaño de ACUAVIVA y la ineptitud del alcalde de Palmira en esa junta directiva. Lo ficticio del Control Interno y Externo en esa empresa, son comicidad.
Y ahora cuando faltan 5 años para que se cumpla el vencimiento del contrato de arrendamiento (27 de diciembre de 2012) de manera sorprendente, ACUAVIVA exige la prórroga del contrato, ad portas de una campaña política para elegir alcalde y concejales. La empresa ACUAVIVA da por hecho que mantendrá el dominio sobre el acueducto de Palmira por los próximos 20 años. Por eso cabe preguntar: ¿En esta campaña política estaremos expuestos al soborno para los jefes políticos, quienes ordenarán a los concejales hacer lo que ACUAVIVA y los agentes de los servicios públicos están proponiendo?...
Por todo lo anterior, es que resulta sospechoso que los franceses en cabeza de Arbeláez, exijan una prórroga y que el negocio se haga antes de las elecciones del 28 de octubre; y el motoísmo en el gobierno con Adolfo Castro, sea quien solicite al Concejo las facultades para la dilación de este atropello. ¡La comunidad pide no continuar!, pero de hacerlo, debe ser el resultado de una Consulta Popular y no la prórroga. La comunidad espera que los concejales no negocien sin consultar y nos digan cuál será el papel de los partidos como bancadas en representación de la comunidad palmirana.
Creemos desde ya, que los afectados debemos saber cuál es la posición de los candidatos a la alcaldía, concejales; y cuál será la de los nuevos aspirantes a esa corporación.
La comunidad Palmirana, debe exigir ya mismo el pronunciamiento de Diliam Francisca Toro, Miguel Motoa, Carlos Fernando Motoa, Gustavo Cataño, Manuel Francisco Becerra y de los líderes de los grupos independientes con representatividad en las corporaciones públicas y de Palmira, Valle y Congreso de la República. Omito el nombre de Marìa del Socorro Bustamante, porque todos conocimos su férrea oposición a la privatización de la manera como se hizo.
Ante este panorama, las preguntas ya se escuchan en los tertuliaderos y filas de los bancos, con recelo y asombrosa sencillez: ¿Por qué tanto afán y en plena campaña política?...
Las quejas de la comunidad exigen una respuesta. Debe haber un punto de concertación entre la dirigencia política, el municipio, la comunidad y ACUAVIVA; para resolver el grave conflicto entre el presupuesto de los palmiranos, tarifas complementarias y la estructura de costos por la operación de la empresa, que resulta abusiva a causa de la intermediación política, sueldos y corrupción, que afectan la tranquilidad de familias airadas, a punto de explotar.
El Concejo debe ser enfático en no dilatar la vigencia del contrato; y si le da miedo, que abandere una consulta popular sobre el tema. ¿Cuánto tendríamos que pagarle los palmiranos a los franceses y a los particulares socios de ACUAVIVA durante los próximos 20 años?. Imposible mantener un contrato en estas condiciones vistas, sometiendo a padres de familia a sacrificar la recreación de sus hijos y aumentando la cifra de familias en los barrios populares, que subsisten ente la miseria y el hambre. ¡Vayan y véanlo!.
Finalmente abarca la pregunta: ¿Cuál será el acuerdo de voluntades para sanar las heridas de este terrible daño, que perturba la tranquilidad entre los palmiranos?...
Si no hay un cambio de actitud en el manejo de los recursos ciudadanos, de lo que sí podemos estar seguros, es que no habrá paz entre las partes, en esta explosiva y desagradable situación política y social.
Junio 10 de 2007
El AFÁN DE ACUAVIA – Una desgracia para los palmiranos – Jorge Londoño Ariza
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