CULTURA Y EDUCACIÓN
GOTAS DE O2.
Por: MANUEL FERNANDO MUÑOZ BENJUMEA.
manferoz@yahoo.com; www.manferoz.blogspot.com
Marzo 30 de 2.008
Sin lugar a dudas, dos de los grandes elementos que retrasan el desarrollo de nuestro pueblo, son la escasa educación y cultura y el facilismo para conseguir el dinero para sustento de las familias. En la pasada semana santa, especialmente en los días denominados mayores, jueves y viernes, se pudo apreciar como algunas personas que vienen de la periferia, y salen a visitar los templos - especialmente de los sectores bajos de la ciudad -, supuestamente a demostrar la fe y para conmemorar y recordar la pasión y muerte de Jesús de Nazaret, entran en jolgorio a las iglesias, conversando en voz alta y mirando a quienes a sus lados pasan, sea para manifestar algún piropo, sea para aprovechar y tocar a alguna mujer, o sea para robar al incauto o concentrado fiel. También se pudo notar una merma sustancial en la asistencia de gentes a orar dichos días sagrados. Este es otro tema, que la iglesia católica debe tener muy en cuenta, pues cada día, parece, estar perdiendo más adeptos. Regresando al tema marco, desde hace algún tiempo, la semana santa se convirtió en escenario de parrandas, modas, vacaciones, y de todo aquello que normalmente se practica en épocas de vacaciones, pues al fin y al cabo en eso termina esa época: en semana de vacaciones.
No posamos de defensores de la religión católica, así por así, ¡no!, pero pienso que esos actos litúrgicos no pueden seguir siendo la parranda para algunos desadaptados, como tampoco en la procesión del Santo Sepulcro, que se realiza la noche del viernes santo, se puede continuar permitiendo que la burla y la rechifla se la tomen, cuando quienes solemnemente marchan al son de las bandas musicales que acompañan cada uno de los pasos santos, tocan sus acordes y sus bastoneros o bastoneras, son objeto de gritos y algarabías, tal vez por envidia o ganas de algunos asistentes de molestar, cuando ellos demuestran sus aptitudes y capacidades en ese ejercicio, que por el contrario, como ocurre en Popayán, Mompox y otras ciudades del país, son ellos aplaudidos y felicitados por las multitudes de gentes y turistas que acuden a esas ciudades, a presenciar esas ya tradicionales y mundialmente famosas procesiones. Da verdadera vergüenza, que quienes nos visitaron aquellos días y estuvieron presentes en esa procesión del viernes santo, se hayan tenido que llevar una mala imagen de la ciudad, a la cual perjudican por esa falta de cultura y respeto hacia los demás congéneres que asisten a esos actos religiosos y hacia quienes participan en esos desfiles. La educación en las escuelas y colegios de la ciudad, como igual sucede en toda Colombia, es cada vez más débil, especialmente en los temas de civismo y cultura; como también existe esa falta de responsabilidad de los padres en educar a sus hijos, para que opten por un buen comportamiento en aquellos actos que lo ameritan. Claro, que una gran cantidad de padres, especialmente aquellos de la generación moderna, tampoco tienen el suficiente grado de educación y cultura para enseñar a sus hijos qué hacer y cómo comportarse durante muchos momentos en sus vidas.
Cada vez es más complicado educar a las generaciones de niños y niñas que están creciendo y asisten a sus clases, pues ellos atraviesan por un sinnúmero de dificultades en sus hogares. La falta de dinero, a causa del desempleo, o por falta de educación, que les haya permitido a sus padres alcanzar conocimientos para desempeñarse en algún trabajo, es otro de aquellos problemas que vivimos en Palmira y Colombia, elementos que colocan a esos padres de familia y a esos hogares, en el ojo de buscar obtener recursos económicos por cualquier medio, así sea causando daño a la sociedad y a su familia.
Para alcanzar competitividad y productividad, que importante sería que el gobierno municipal, los gremios, las instituciones de educación – incluidas las universidades – y los padres de familia, puedan tener en cuenta que se debe reeducar y capacitar a tantos miembros de la comunidad palmirana, que con sus aptitudes y comportamientos hacen imposible que podamos desarrollar nuestra economía.
Coletilla: Debería ser una sola, la secretaría de cultura y turismo, ¿para y porqué qué dos secretarías, para Palmira?
Y, el señor contralor Víctor Hugo Osorio, después de la reunión con los contratistas, interventor y funcionarios de la administración anterior, qué ha hecho, con referencia a esclarecer si el municipio actuó entonces como cualquier vulgar comprador de productos de software piratas, cuando adquirió la plataforma tecnológica. ¿Qué nos puede informar al respecto? Están pasando los días y su tan cacareada eficiencia nanay cucas.
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