RERFLEXIÓN CON PASIÓN

REFLEXIÓN CON PASIÓN

GOTAS DE O2.
Por: MANUEL FERNANDO MUÑOZ B.
Palmira, abril 3 de 2007.

Cuando un ciudadano se interesa e ingresa a participar en política, para intervenir y contribuir en la defensa y en la construcción de un municipio equilibrado, justo y que brinde beneficios a toda una comunidad, realmente se preocupa y, hasta se asusta, al conocer de cerca, cómo los “gamonales” del pueblo manejan y manipulan a su antojo a ciertos sectores y personas de la población, con acciones que les permiten mantener vigentes a sus estructuras politiqueras, beneficiándose con los puestos y contratos que les provee el presupuesto del Estado Municipal, por direccionar o acompañar a quienes tienen los hilos del poder.

Estamos en época pre-electoral y alrededor de los grupos políticos que tienen autoridad y dominio, que disponen fácilmente de lo público y que tienen candidatos a alcalde, están acaparando a los populares “líderes de barrios”, personajes que, por este tiempo, mercantilizan los votos de sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo y hasta de desconocidos, a cambio de “salarios” que van entre los $200 mil y $500 mil pesitos – además de alguna promesa para familiares y amigos de un puesto o contrato –, pagados por algunos dirigentes políticos interesados en mantener sus empresas electoreras en la industria de la política. Es tal el cinismo de estos rufeznos que, a esta modalidad la llaman con socarronería, “MOVIMIENTO DE SALVACIÓN PERSONAL”.

No es desacostumbrado este estilo de transar votos, como tampoco que algunos ciudadanos lo permitan o se presten para ello, advirtiendo que, con esta manera de obrar, se está haciendo un grave daño al sector que habitan y al municipio mismo.

Esta forma de comercializar votos no se puede seguir permitiendo, ¡No! Es aberrante e indigna esa vocación de algunos ciudadanos y de la gran mayoría de los caciques politiqueros del villorrio, condición que se tiene que rechazar y castigar por parte de la consciente sociedad palmirana. Ese estilo que han implementado los amos del pueblo, es además de sucio proceder, clandestino y engañifo: utilizan a la comunidad, a los servidores públicos, a los empresarios y a todo aquel que caiga en sus tramas, para beneficio personal.

Se viene haciendo notoria la necesidad, por el desprestigio que tienen como políticos, que los “jefazos” de los grupos que siguen en la contienda electorera, estén “buscando nuevas adquisiciones”, que tengan un prestigio en la ciudad, figuras antes, afanadas hoy en reposicionarse, no en lo político, pero si económicamente y en obtener alguno que otro botín, que les permita conquistar un sostén básico de mantenimiento personal, haciendo a un lado sus tan “cacareados” discursos de trabajar honestamente, para hacer de Palmira una ciudad con proyección y desarrollo total.

Como los “gamonales” de siempre tienen el “billete, los puestos y los contratos”, nada mejor y fácil que aliarse con ellos, tirando a la basura filosofía, principios, ideas y hasta la dignidad misma. Hace carrera para estos personajes la celebre frase: “Palmira es muy desagradecida, no merece que le demos nada”, a la cual le agrego: por el contrario, descarguemos de Palmira, lo más que nos ofrezca su presupuesto, frase aludida por alguien que ha tenido muchos beneficios políticos en y por la ciudad.

La mafia no solo es del narcotráfico, o de contrabando de mercancías y de armas; cuando se falsea, se burla y se tima a toda una sociedad desde un grupo político, estamos ante una organización mafiosa y politiquera. Existen en el país, como las hay en Palmira, poderosas política y económicamente, seducen cómodamente a aquellos que buscan vivir fácil y a costillas de los necesitados.

Sobre lo referenciado y por el buen futuro de Palmira, llamo la atención de los palmiranos, de la comunidad de este municipio, de los gremios económicos, sociales y cívicos, de las organizaciones religiosas, ambientales y, muy especialmente, de la masa joven y de los abstencionistas, para que en esta época de Semana Santa, reflexionen y se comprometan a participar en la conformación de una nueva sociedad, que primero rechace y castigue a quienes vienen mal-administrando al municipio; en consecuente acción, elegir una nueva dirigencia política, que le permita a la sociedad palmirana reivindicar el desprestigio de hacer la política y rescatar la majestad de la administración de los recursos y bienes públicos.

Es necesario que todos los palmiranos se unan en esta causa, que es la causa para el bienestar de toda la comunidad y el desarrollo del municipio.

El rescate de la municipalidad de los dominios de la politiquería y la corrupción, no se logrará si se continúa con la pasividad y complicidad de todo un pueblo con estos bandidos, a quienes se les distingue y conoce cómo obran y engañan, para luego entregar a sus seguidores a las manos de los verdugos. No puede el pueblo permitirse continuar siendo los tontos útiles de estos simulados líderes; la ciudad está por encima de amistades y lealtades personales.

En opinión de este columnista, los palmiranos tienen en Carlos Alberto Franco y Diego Fernando Saavedra, las mejores opciones para elegir al alcalde que Palmira no ha tenido, y hacer a un lado a los mismos, que vuelven con las mismas.

¿Si no es ahora, entonces cuándo? ¿Si no es con usted, entonces con quién? y,

¿Si no es por Palmira, entonces tampoco por usted?



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