PALMIRA Y SU FUTURO.
GOTAS DE O2.
Por: MANUEL FERNANDO MUÑOZ B.
manferoz@yahoo.com, www.manferoz.blogspot.com
Noviembre 3 de 2007.
Con el ánimo tranquilizado, con información abundante en cifras electorales y de hechos regulares e irregulares sucedidos el día electoral, hemos logrado construir una primera opinión muy personal y muy cercana a la realidad de los acontecimientos.
Raúl Arboleda, es el nuevo alcalde, para el período 2008 – 2011. Nada ni nadie cambia esa decisión. Miguel Motoa Kuri es el mayor perdedor en esta contienda, aunque su colectividad alcanzó 2 curúles más de las que hoy tiene. Sus enemigos viscerales lo dejaron tendido y desvertebrado en el campo político; les concedió inmensas satisfacciones. Le faltó a Motoa Kuri “perrenque” para sacarle los trapos sucios a los caicedistas, y que el pueblo palmirano conociera más verdades de sus socios tradicionales. Entre bomberos no hay pisadas a sus mangueras. William Rodríguez Cabal, el candidato del liberalismo, cumplió con su cometido: se quedó sin escaño en el concejo, pretendía 3 y, con esos 14 mil votos que son volátiles dentro del Partido Liberal, difícil la tendrá para aspirar a la Cámara en el 2009, de por medio está Alternativa Liberal. Estos 3 candidatos con mayor votación, ¿qué tantos arreglos, de una u otra forma, de compra de votos habrán tenido con sus electores? Allá ellos con sus consciencias y allá quienes por ellos votaron vendidos. Quien al final pierde es el municipio como territorio.
William Espinosa tuvo carácter y capacidad para mantener su posición de candidato a alcalde. No se volteó como los candidatos al concejo de su partido. Convergencia Ciudadana es una especie de elementos que fluyen por intereses particulares.
Diego Fernando Saavedra, candidato a alcalde de la Alianza Social Indígena, a quien acompañé en esta experiencia electoral, tal vez le faltó tiempo y arrojo, pero fue la mejor campaña: transparente, sin insultos, sin engaños, sin falsas seducciones, con la mejor propuesta de gobierno, excelente publicidad y con aceptación de los escuchas, así no fuera a ser el elegido. Debe continuar al frente de esos 7441 votantes de opinión y no hacerlos a un lado. El futuro es bastante complicado, pero nada difícil. Ahí estaremos, si Diego Fernando lo quiere.
A Herney Rivera, candidato del POLO, le fue relativamente como le tenía que ir, no tiene aceptación entre su propia confluencia de fuerzas políticas. Sus 3500 votos al futuro deben implicar una alternativa de encontrar entendimientos políticos con los más cercanos grupos que en el municipio buscan ser alternativa de poder. No se puede ser tan terco y obstinado, pero si tenemos que reconocer que su campaña también fue limpia y honesta, frentera y responsable. Fernando Javier Leal Londoño, al igual que su jefe Motoa Kuri, está tirado y quedó en el pebetero de la quema, aunque de las cenizas podría resucitar, lo veo muy imposible. No es un Motoa. Seguir construyendo su negocio de ingeniería familiar, el camino que le queda.
El pueblo palmirano, que votó y eligió, sigue ensimismado en su letargo de pobreza en cultura política. Las penurias que tiene y que lindan en la miseria, los hacen cuestionadores de sus autoridades municipales, pero los ingredientes que afectan sus necesidades básicas, son el caldo propicio para que esos políticos criticados los compren el día electoral. Ahí pierde el ejercicio participativo ciudadano y ahí pierden su futuro, como ciudadanos, en su desarrollo social, ambiental y económico. Resultado: tenemos el gobernante que nos merecemos, de los mismos, con las mismas y al final seguiremos en las mismas. Amanecerá, habrá sol, pero nada cambiará.
Una pobre lección más en esta elección: venció el odio hacia un político (Motoa) y volvió, con mayores bríos, a vencer el voto comprado, nunca el voto útil y limpio como lo quieren hacer parecer los vencedores.
Raúl Arboleda, es el nuevo alcalde, para el período 2008 – 2011. Nada ni nadie cambia esa decisión. Miguel Motoa Kuri es el mayor perdedor en esta contienda, aunque su colectividad alcanzó 2 curúles más de las que hoy tiene. Sus enemigos viscerales lo dejaron tendido y desvertebrado en el campo político; les concedió inmensas satisfacciones. Le faltó a Motoa Kuri “perrenque” para sacarle los trapos sucios a los caicedistas, y que el pueblo palmirano conociera más verdades de sus socios tradicionales. Entre bomberos no hay pisadas a sus mangueras. William Rodríguez Cabal, el candidato del liberalismo, cumplió con su cometido: se quedó sin escaño en el concejo, pretendía 3 y, con esos 14 mil votos que son volátiles dentro del Partido Liberal, difícil la tendrá para aspirar a la Cámara en el 2009, de por medio está Alternativa Liberal. Estos 3 candidatos con mayor votación, ¿qué tantos arreglos, de una u otra forma, de compra de votos habrán tenido con sus electores? Allá ellos con sus consciencias y allá quienes por ellos votaron vendidos. Quien al final pierde es el municipio como territorio.
William Espinosa tuvo carácter y capacidad para mantener su posición de candidato a alcalde. No se volteó como los candidatos al concejo de su partido. Convergencia Ciudadana es una especie de elementos que fluyen por intereses particulares.
Diego Fernando Saavedra, candidato a alcalde de la Alianza Social Indígena, a quien acompañé en esta experiencia electoral, tal vez le faltó tiempo y arrojo, pero fue la mejor campaña: transparente, sin insultos, sin engaños, sin falsas seducciones, con la mejor propuesta de gobierno, excelente publicidad y con aceptación de los escuchas, así no fuera a ser el elegido. Debe continuar al frente de esos 7441 votantes de opinión y no hacerlos a un lado. El futuro es bastante complicado, pero nada difícil. Ahí estaremos, si Diego Fernando lo quiere.
A Herney Rivera, candidato del POLO, le fue relativamente como le tenía que ir, no tiene aceptación entre su propia confluencia de fuerzas políticas. Sus 3500 votos al futuro deben implicar una alternativa de encontrar entendimientos políticos con los más cercanos grupos que en el municipio buscan ser alternativa de poder. No se puede ser tan terco y obstinado, pero si tenemos que reconocer que su campaña también fue limpia y honesta, frentera y responsable. Fernando Javier Leal Londoño, al igual que su jefe Motoa Kuri, está tirado y quedó en el pebetero de la quema, aunque de las cenizas podría resucitar, lo veo muy imposible. No es un Motoa. Seguir construyendo su negocio de ingeniería familiar, el camino que le queda.
El pueblo palmirano, que votó y eligió, sigue ensimismado en su letargo de pobreza en cultura política. Las penurias que tiene y que lindan en la miseria, los hacen cuestionadores de sus autoridades municipales, pero los ingredientes que afectan sus necesidades básicas, son el caldo propicio para que esos políticos criticados los compren el día electoral. Ahí pierde el ejercicio participativo ciudadano y ahí pierden su futuro, como ciudadanos, en su desarrollo social, ambiental y económico. Resultado: tenemos el gobernante que nos merecemos, de los mismos, con las mismas y al final seguiremos en las mismas. Amanecerá, habrá sol, pero nada cambiará.
Una pobre lección más en esta elección: venció el odio hacia un político (Motoa) y volvió, con mayores bríos, a vencer el voto comprado, nunca el voto útil y limpio como lo quieren hacer parecer los vencedores.
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