2008-02-24

UN AÑO MAS SIN INGRID.

UN AÑO MÁS, SIN INGRID

GOTAS DE O2.
POR: MANUEL FERNANDO MUÑOZ B.
FEBRERO 22 DE 2008-02-23
manferoz@yahoo.com; www.manferoz.blogspot.com

Se han cumplido 6 años del secuestro de Ingrid Betancourt Pulecio, el que desde muchos rincones de la Patria y del mundo hemos condenado y solicitado su libertad y la de todos nuestros compatriotas en poder de los grupos guerrilleros en Colombia.

Ingrid fue retenida por las farc cuando iba por tierra hacia San Vicente del Caguán, municipio en el que su organización política había logrado elegir un amigo como alcalde. Dicha localidad había sido el centro de la zona de despeje que el entonces presidente de la República, Andrés Pastrana, había convenido con ese grupo guerrillero, zona de distensión que por esos días se había levantado por las continuas agresiones y secuestros que esos alzados en armas cometieron. Ingrid, como política y como candidata a la presidencia en ese momento, tomó la decisión de viajar para acompañar “en la malas” a toda la comunidad del Caguán. Muchas versiones y muchos comentarios atrevidos, e incluso hasta mezquinos, se escuchan y se leen por diferentes medios de comunicación, con los que se busca menospreciar la labor de Ingrid y su secuestro.

Supe de Ingrid en el año 1995 por sus importantes actuaciones como Representante a la Cámara, cuando el famoso y sonado caso del elefante de Ernesto Samper Pizano, presidente elegido con dineros provenientes de la venta de cocaína y aportados a él por el extinguido cartel de Cali, tema en el que Ingrid jugó un papel trascendental. Desde ahí le guardo gran admiración a esa mujer valiente, frentera e inteligente, preocupada porque en Colombia su sistema electoral le permitiera llegar a los cargos públicos a sus mejores representantes; interesada en la lucha contra la corrupción y en construir una Colombia Nueva. Ingrid propuso y promovió una reforma política, vía referendo, que aceptó Andrés Pastrana y que luego, como se dice coloquialmente, “la conejió”. Ingrid se caracterizaba porque su estilo de hacer política se basaba en conseguir adeptos entre los sectores de la opinión pública más independiente y entre quienes idealizan un cambio en la forma de hacerla, nunca pidió un puesto. Buscó que el voto obligatorio fuera parte de un nuevo sistema electoral, por solo 16 años, con el fin de modificar las costumbres electorales de los votantes, es decir, enseñarlos a votar y como el medio más efectivo para erradicar la politiquería y el gamonalismo.

Conocí a Ingrid en 1997, nunca había participado en asuntos de política y me vinculé al movimiento OXIGENO LIBERAL, con ella participé por primera vez en una campaña política; alcanzamos la primera votación para el senado, y en Palmira logramos una votación muy importante. Formé parte del Partido VERDE OXIGENO que con ella fundamos y defendimos, hasta que fue raptada; hoy, 6 años después, sus amigos, sus compañeros, millones de colombianos y ciudadanos del mundo, esperamos su regreso, sana, salva y en paz, junto con todos los demás compatriotas retenidos contra su voluntad, en los confines de la selva colombiana.

La democracia de este país se ha privado de una política que le imprimió una nueva forma de hacerla; la corrupción perdió a su mayor abanderada en la lucha para erradicarla. Muchos colombianos están interesados que ella, “una piedra en el zapato” para los polítiqueros, no regrese. Ingrid es la joya más preciada que tienen las farc para defender su propuesta de acuerdo humanitario, pero también es su mayor contradicción: secuestraron a quien desde la lucha política, dentro de la democracia existente, por la vía legal, estaba luchando contra las injusticias, las iniquidades y la corrupción que nos están carcomiendo.

Que un séptimo año de secuestro no se celebre con misas pidiendo su regreso, sino que en un año estemos celebrando con Ingrid su libertad – y la de todos los secuestrados - y su regreso a la vida política de este país.

Ya es hora de que hagamos a un lado resentimientos y mortificaciones que cada día polarizan más a los ciudadanos de este país. Ya es hora, de que pensemos, cada uno con nuestras ideologías diferentes, en el bienestar de Colombia y no en el de una sola persona.

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