2009-04-21

¡FUERA FRANCESES DE ACUAVIVA!

¡FUERA FRANCESES DE ACUAVIVA!

Por: Jorge Londoño Ariza - Vìa Internet

¡Siquiera se van los franceses de Acuaviva!, aun sabiendo las dificultades que debemos afrontar por el desmantelamiento que harán de la empresa, porque la bronca los llevará a dejarla arruinada, hasta el punto de someternos al tortuoso camino de la denuncia en los tribunales, para que se haga justicia entre las partes; además de dejarnos el daño de inundaciones, el incumplimiento del Plan Maestro de Alcantarillado y el desmoronamiento de la Cuenca del Rió Nima, por falta de mantenimiento, ante la negligencia de una nefasta sociedad a la que sólo le importó el billete, ajenos a la responsabilidad social y al compromiso contraído, sin que alguien con acceso a las pruebas de esa contabilidad, hayan hecho un esfuerzo de responsabilidad civil ni penal para meterlos en la cárcel. La Cámara de Comercio que sabe tantas cosas, pero que nunca denuncia, la Contraloría Municipal que jamás lleva a la justicia ordinaria los juicios fiscales y la CVC que ayuda a tapar. Infortunadamente, sólo hasta ahora nos enteramos de tantos desmanes en los términos y desarrollo de ese contrato. ¡Grave lo que nos espera a los habitantes de esta ciudad!...

¡Mezquinos!...tanto ellos como los políticos profesionales que hicieron de ineptos ante el incumplimiento de lo pactado en el contrato de arrendamiento; y hasta llegaron al bochornoso sometimiento, de permitirle a los chupasangre franceses llevarse a través del gasto en una operación hecha para los 15 años, 3 contratos leoninos de asistencia técnica y costo variable por $50 mil millones de pesos, sin contar las utilidades, que para el municipio no han sido más que un donaciticismo de los franceses y para ellos el gran negociado.

Esto fue lo que dejaron de administrar los políticos y gobernantes del Municipio de Palmira involucrados en ese contrato, tal vez, por unas coimas en los bolsillos de unos cuantos – o de idiotas útiles ante semejantes ganancias – lo que resulta ser una miserableza frente a la magnitud del daño causado a los palmiranos. Fueron tan negligentes e incapaces de conducir su propia riqueza, que sobrepusieron sus egos personales, hasta el punto de acudir a un utilitarista francés para que se llevara todo un tesoro, creyendo para sus adentros que con la dádiva aseguraban el futuro de sus hijos, quienes de enterarse de la decisión de sus padres, lo más seguro es que sientan la incomodidad de la vergüenza.

Fue tan rentable para los franceses la empresa Acuaviva, que cualquiera tiene el derecho a pensar que concejales, administradores y sindicalistas de aquel momento, fueron tan estúpidos, que no solamente quebraron las Empresas Municipales matando La gallina de los huevos de oro – por lo mediático de sus intereses según Felix Samaniego – llevados por la premeditación y la ruina hacia los demás.
Afortunadamente, el alcalde Raúl Arboleda Márquez, viene a tratar de enderezar lo que sus antepasados políticos torcieron – con el alto riesgo de fracasar en el intento – teniendo en cuenta que las superintendencias en Colombia, fueron creadas para defender el capital y no los intereses de la comunidad.

Hay que salir a las calles a respaldar al alcalde Arboleda y el abogado Alfonso Correa, quienes se atrevieron a gritarle en la cara a los franceses, reclamando para los palmiranos la empresa que por derecho propio nos pertenece; y recuperar un modelo de administración que no nos permita volver a los errores cometidos.

En un señalamiento de las responsabilidades políticas, es inevitable librase de la chispita de rabia al sentirse traicionado como ciudadano ante la indolencia y complicidad de los exalcaldes: Calle, Motoa y Castro; y un sector de la sociedad palmirana, quienes teniendo el conocimiento comercial y contable, callaron ante el incumplimiento de los compromisos establecidos en el contrato de arrendamiento… ¡Ojalá el diablo que es bien amigo mío, los lleve a la quinta paila de los infiernos, los cocine a fuego lento y les niegue para siempre el descanso eterno!... Si sonríes, es porque el diablo se las va a cobrar…

Así los franceses hayan dicho que se largan, hay que aprobar la antiprórroga en el concejo, porque a estos bárbaros no se les puede creer, porque son tramposos y nos pueden cambiar las reglas del juego para quedarse con la empresa. Y si el alcalde posterior al doctor Arboleda intenta devolver lo que el actual concejo decida, le gritamos mil noches en su ventana para que no pueda dormir; y si no, le tiramos piedra al techo de su casa, hasta que nos diga que respeta la voluntad popular.
Hay que vigilar para que los franceses en la huida, no nos hagan una jugada sucia ni se vayan a robar los lapiceros, las servilletas y el software administrativo y financiero que tiene un valor de dos millones de dólares.

Afortunadamente, la devolución del acueducto me evita el trabajo de Art Attack que tenía premeditado en las paredes de ese edificio, escribiendo al medio día y con mi firma el derecho a la rebeldía: ¡Fuera franceses de Acuaviva!, no por lo de galos, sino por lo vivos que resultaron, ante la brutalidad de quienes propiciaron la desestabilización económica del municipio, pervirtieron el orden jurídico, dejaron incumplir los términos de referencia y perturbaron la tranquilidad de los palmiranos; con la culpabilidad de mi torpeza mental de no haberlo indagado a su debido tiempo, como me lo recrimina Sábato en su testamento político: ...“el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es de alguna manera, una indignidad”…

Palmira, abril 9 de 2009