2009-09-08

EL ALCALDE NO SE CAERÀ

EL ALCALDE NO SE CAERÀ

Por: Jorge Londoño Ariza - Vìa Internet



En la más escabrosa oposición que hicimos contra el alcalde de Palmira José Antonio Calle, desde el programa de radio a la una de la tarde, me opuse a la propuesta de revocatoria de su mandato, porque era un desgaste innecesario para la comunidad, la política y el gobierno. ¡Déjenlo que él se cae solo! – susurré para mis adentros y efectivamente así sucedió.

Y me opuse porque la revocatoria de los alcaldes está hecha para que no se cumpla y tiene demasiadas arandelas que impiden que eso suceda. Además sería demasiado dañino que en Colombia se pudieran tumbar alcaldes todos los días. Si bien es cierto la política en Colombia es demasiado corrupta, una mayoría de las bases electoreras también lo son. Si existieran razones honestas para tumbar un alcalde vaya y venga, pero siempre habrá intereses políticos de por medio, que en muchos casos son pocos honrados y al final la comunidad termina siendo tonta útil de su propia ignorancia en estos temas, porque no los estudia.

Difícilmente se pueden sortear las oquedades que tiene la ley de revocatoria en favor del alcalde Raúl Arboleda Márquez: Recursos jurídicos, ejercicio del poder con el que uno no cuenta cuando está en la oposición, falta de espacio en el calendario electoral, estrategias penales de los abogados de la defensa y las dificultades propias de la ley; y en el hipotético caso de llegarse al día de elección de revocatoria, los costos son tan elevados como sospechosos. Creo más en las estrategias políticas para pelear el poder, que en los argumentos de revocatoria, acudiendo a las emociones que produce el ejercicio de la oposición y los mecanismos de participación ciudadana. Pero el alcalde de Palmira por las firmas no se caerá: Son 672 mesas en todo el territorio de Palmira, en donde los molestos con el alcalde tendrían que depositar en 8 horas (480 minutos) la media bobadita de 56.332 votos, lo que indica que estos mismos ciudadanos inconformes (porque los amigos del gobierno no saldrán a votar) tendrían que poner 117 votos por urna en las 8 horas; es decir, 15 votos por hora; y uno cada 4 minutos promedio sin ir a fallar, lo que resulta matemáticamente imposible desde la movilización de parque automotor, presupuesto de líderes, refrigerios, montaje de publicidad y reuniones políticas de campaña para explicarle a la gente cómo se logra, en un tiempo en donde no queda espacio, porque es más importante hacer campaña para Cámara y Senado que jugar a la ruleta, teniendo en cuenta, que ninguno votará a favor del alcalde porque el esfuerzo será sólo de la oposición. ¡Imposible entonces!. Porque los políticos no iban a ser tan tontos de auto-incriminarse con una ley contra sus propios intereses. Y participarían de esta jornada sólo los que votarían en contra, porque los que no salen a votar para favorecer al alcalde son: Un fragmento de Cambio Radical, la U, Convergencia Ciudadana, el Partido Liberal, un fragmento del Polo y las negritudes, porque no les interesa ni le van a meter plata al asunto. Los que votarían en contra serían: el otro fragmento de Cambio Radical, los jubilados y los despedidos que tiene todo su derecho a reclamar lo que consideran un atropello. El alcalde tiene a favor las obras, el pasado de los que gobernaron mal y el ejercicio de poder, al que tanto le temen los que ejercieron el poder.

Porque en el absurdo caso que haya revocatoria, porque en política no se ha dicho la última palabra y entre los operadores de justicia tampoco, sería lamentable tener que aceptar que el diablo venga y reparta, entre dos dinosaurios de esta política parroquial: Miguel Motoa – Luís Eduardo Mendoza, enfrentados otra vez por la alcaldía, como si no hubiera más, o como si a esta aldea le hubiera le hubiera caído encima la desgracia…




Palmira, septiembre 07 de 2009 jlk437@gmail.com

2009-09-07

CIFRAS DE POBREZA EN COLOMBIA...

La información, las cifras y los indicadores aquí contenidos, provienen del estudio que la Misión de Expertos conformada por el Departamento de Planeación Nacional, el DANE y otras importantes entidades recogieron para actualizar el índice de pobreza y miseria en Colombia. Lo interesante de esto, ustedes lo pueden interpretar, de acuerdo a la juiciosa lectura que del informe realicen.

MANUEL FERNANDO MUÑOZ B.


LAS CIFRAS DE POBREZA, CON Y SIN CONTEXTO...


Mientras los pobres se redujeron, los indigentes aumentaron desde el 2005 y la desigualdad se mantuvo igual.

El gobierno de Álvaro Uribe ha invertido casi siete billones de pesos en programas para reducir la extrema pobreza, una inversión sin precedentes en la historia del país. En el mismo período, la economía tuvo un crecimiento promedio de 4,6 por ciento, una bonanza que no se veía desde la década de los setenta. Por eso, aunque las cifras de pobreza reveladas ayer arrojan algunos datos positivos, en general desilusionan.

Según el informe presentado ayer por la Misión de Expertos, conformada entre otros, por Planeación Nacional y el DANE, la pobreza se redujo en promedio 7,7 puntos entre 2002 y 2008, y en las 13 grandes ciudades 10 puntos.

La indigencia disminuyó menos de dos puntos y la desigualdad se mantuvo igual.

En personas de carne y hueso, eso significa que en Colombia a finales del 2008, antes de que la crisis económica mundial golpeara al país, había 20,2 millones de colombianos pobres, y de ellos, 7,9 millones viven en situación de indigencia, es decir, que viven con menos de 2,5 dólares al día (150 mil pesos al mes).

Lo preocupante de estas cifras es que los programas de alivio a la pobreza extrema no pasan la prueba ácida.

Desde que el programa Familias en Acción fue creado en el 2002, ha beneficiado casi dos millones de familias con susbsidios de entre 60 y 110 mil pesos mensuales con la condición de que mantengan a sus hijos en el colegio y cumplan con unas metas de nutrición.

Por su parte, para finales del 2008, según datos del gobierno, el programa Red Juntos había afiliado 1,2 millones de familias en extrema pobreza para darles una atención integral desde diferentes entidades del Estado.

Todos estos recursos salieron en parte del presupuesto nacional. Pero una buena porción -330 millones de dólares- fue endeudamiento externo.

Si se tiene en cuenta que por ejemplo Brasil, con su programa de Bolsas de Familia, logró sacar de la línea de pobreza entre 2004 y 2006, 6 millones de personas cada año y redujo 0,7 el coeficiente Gini entre 2000 y 2007, los logros de los programas colombianos son relativos sobre todo porque el gran esfuerzo de la inversión se ha ido a programas asistencialistas.

Programas que además han tenido problemas de focalización: la plata no le llega siempre a los que más lo necesitan. Dado el crecimiento exponencial de Familias en Acción, el programa bandera del gobierno, muchos subsidios comienzan a llegar a quiénes es más fácil llegarle en las ciudades que a los más pobres de los pobres en las zonas rurales y alejadas, que además no votan.

Este programa es uno de los pocos rubros que crece en el presupuesto que acaba de presentar el gobierno al Congreso. Familias en Acción creció de 2,1 a 2,6 millones de familias, con una inversión de dos billones de pesos para el 2010, 500 mil pesos más que en el 2009. Y algunos expertos dudan de que la condicionalidad de mantener a los niños en el colegio y los niveles de nutrición se estén cumpliendo, dado que las cifras de deserción escolar no han mejorado sustancialmente.

"Con estas medidas hay unos resultados positivos, pero el tema de fondo es que todos los programas son asistencialistas", dice la investigadora de Fedesarrollo Marcela Meléndez. "No estamos haciendo nada frente a la desocupación. En el momento en que se corten los subsidios, vuelve a aumentar la pobreza".

De hecho, de los 17 millones de trabajadores ocupados en Colombia, cerca de ocho millones viven con ingresos mensuales por debajo del salario mínimo y 4,7 millones viven con ingresos mensuales de medio salario mínimo o menos. Y solo 4,4 millones cotizan para recibir una pensión en la vejez, según datos del Banco Mundial del 2008.

El investigador de la Universidad Nacional Jorge Iván González, que fue uno de los miembros de la Misión de Expertos piensa igual a Meléndez. "Las políticas de Familias en Acción sí hacen algo para reducir pobreza, pero no tocan los temas distributivos", explica González. "Para eso es necesario hacer una reforma agraria, aumentar el predial rural, cobrar las plusvalías urbanas, tener prediales urbanos progresivos".

Estos temas estructurales y más difíciles han tenido menos atención del Gobierno. Incluso algunas políticas han impactado la pobreza. Por ejemplo, en el 2007, cuando la economía tuvo su pico de crecimiento, las políticas proteccionistas del Ministerio de Agricultura dispararon los precios de alimentos que golpean de frente las cifras de indigencia.

Un indigente, según el 'termómetro' usado en Colombia, es una persona que vive con dos dólares diarios o menos. Por eso, cualquier variación en el precio de los alimentos afecta el número total de personas bajo la línea de miseria. La buena noticia de esto es que una disminución del precio en este campo con una baja inflación, por ejemplo, sacaría a millones de personas de la indigencia.

Si bien que 20 millones de personas sean pobres es una cifra altísima, incluso en América Latina, es bueno saber quién se considera pobre: una familia de cuatro con ingresos de 1,400.000 pesos mensuales ya se considera pobre y sin embargo, lo más probable es que viva en un apartamento propio con dos cuartos. Esto, porque Colombia tiene una línea de pobreza muy alta. Es de 6,13 dólares al día, mientras que un país como Ecuador se considera pobre solo quien gana menos de 2,08 diarios, en Costa Rica 2,50 y en Chile 3,40.

2009-09-01

REVOCATORIA Y FALACIAS POLÍTICAS

REVOCATORIA Y FALACIAS POLÍTICAS
Carlos Alberto Franco S.


Luego de un receso en la aparición de mis columnas de opinión, vuelvo a la carga escribiendo sobre la revocatoria al alcalde de Palmira, las motivaciones que la envuelven y los propósitos que al final podrían obtenerse, o frustrarse, dependiendo de muchas variables. Es incomprensible y difícil de asimilar el por qué de una convocatoria a referendo, para que los palmiranos decidan si el alcalde Arboleda Márquez se va o se queda. Y digo incomprensible, pues estando uno cerca a muchas decisiones de gobierno que se han tomado en año y medio de mandato, se llega a una conclusión simple: ha ejecutado más obras y ejercido mayor liderazgo Arboleda en año y medio de mandato, que los últimos tres alcaldes en un periodo de 10 años. Las cifras no mienten y si las soportamos en una evaluación a grandes rasgos de lo ejecutado en el Plan de Desarrollo SEGURIDAD PARA CONSTRUIR CIUDAD, nos convencemos de que el gobierno está haciendo las cosas bien, no exento de problemas heredados de las dos administraciones anteriores, que de manera irresponsable invirtieron enormes recursos en contrataciones amañadas, ineficientes, inocuas, y ante todo permeadas por un ropaje de corruptela, que nadie podrá negar. Entre 2.003 (gobierno Motoa) y 2.008 (gobierno Arboleda), pasamos del puesto 837 al puesto 132, en el indicador de desempeño fiscal de Planeación Nacional. Por otro lado, pensemos qué sucedió con los $8.000 millones de pesos contratados con un comisionista de bolsa, que se los embolsillara o los “envolatara” un avivato bien apertrechado en la letra menuda de un contrato leonino y que hoy se investiga por parte de la Contraloría General de la República y la Fiscalía. Pero todo no termina ahí: Castro González deja contratación “montada” por más de $22.000 millones de pesos entre los meses de octubre y diciembre de 2.007, cuando sabía que su grupo político – el motoismo – había perdido las elecciones y tenían que raspar la olla antes de entregarle el poder a Arboleda Márquez. Otros $5.000 millones de pesos de homologación al sector educativo, desaparecieron como por encanto en 2.003 y tanto los $8.000 millones como los $22.000 millones y los $5.000 millones atrás mencionados, los debe pagar quién nada tuvo que ver en esos estropicios. Esos $35.000 millones debieron enjugarse en el presupuesto de 2.009. El peso de la reforma administrativa y que era necesaria para viabilizar fiscalmente a Palmira, debió sufragarse en cuantía de $13.000 millones, pero Arboleda Márquez no se asusta con los grandes retos que le exige una ciudad que requería “políticas de choque”. Sin perder mucho tiempo, estructura por primera vez en los últimos 20 años, un PLAN VIAL que será adjudicado en diferentes proyectos y en cuantía de $56.000 millones de pesos. Ejecuta igualmente un programa de bacheo de vías por $2.600 millones y recupera el Coliseo de Ferias en cuantía de $1.300 millones, para realizar la XXXIV Fiesta Nacional de la Agricultura. También invierte en siete “Gobiernos en mi barrio” una suma aproximada de $1.400 millones; realiza el seguimiento al Plan de Desarrollo, montando el programa “MIPASE” o Modelo Integral de Participación Sectorial, evaluando permanentemente – al lado de la comunidad –, los indicadores de desempeño de los diferentes planes, programas y proyectos de los sectores que conforman los cinco ejes temáticos de su Plan de Desarrollo. En el sector rural invierte en los acueductos de La Dolores y Caucaseco, $2.500 millones y se prepara, a través del Plan Departamental de Aguas, a invertir $20.000 millones de pesos en el acueducto regional de la zona plana occidental de Palmira, proyecto regional que abarca los municipios de Palmira, El Cerrito, Yumbo, Vijes y Yotoco (presupuesto total $47.000 millones). Se saneó fiscalmente el Hospital San Vicente de Paúl con una suma de $3.000 millones de pesos y se prepara la ampliación del Hospital Raúl Orejuela Bueno, en cuantía de $5.000 millones de pesos. Y en el próximo año se iniciará la construcción de 4.000 viviendas VIS en La Carbonera, plan que asciende a $90.000 millones de pesos. ¡Qué más podemos pedir los palmiranos en año y medio de gobierno! Faltará la ejecución del 60% del Plan de Desarrollo, Plan que se financiará en los próximos dos años con el ahorro público generado con la compartibilidad pensional, la racionalización de la nómina, la no cancelación de beneficios de la convención colectiva trasladados a funcionarios a quienes la ley prohíbe hacer extensiva y – ante todo – a una eficaz austeridad fiscal y del gasto adelantada por la Secretaría de Hacienda.

¿Qué nos arrojan las 33.000 firmas para convocar la revocatoria del mandato de Arboleda? El 50% de las mismas fue “podado” – y por lo tanto “dado de baja” – por la Registraduría del Estado Civil: firmas dobles, de muertos, de personas que jamás se han registrado electoralmente en la ciudad, de incautos que firmaron convencidos – de que al hacerlo – podían aspirar a una vivienda de interés social en La Carbonera. Simples engaños de electoreros, que camuflados detrás de los promotores de la convocatoria a referendo pretenden pescar en río revuelto, ya que nos encontramos a siete meses de las elecciones para Cámara y Senado. Quienes fueron derrotados en las elecciones de 2.007, aspiran por todos los medios a regresar al poder, algo totalmente improbable, cuando el alcalde Arboleda se robustece día a día gracias a su coalición de gobierno: cuenta con nueve concejales de su partido y siete concejales más de otros sectores políticos que lo apoyan sin reservas. Si tres concejales hacen la oposición, dieciséis hacen el gobierno.

Mi pronóstico para el referendo revocatorio: no pasará. Las obras de Arboleda lo enterrarán y como el ave fénix, podrá sacudirse las cenizas y volar alto en lo que resta de su mandato.

LOS ZÁNGANOS: LA NUEVA FUERZA AÉREA DE LOS ESTADOS UNIDOS “60 Minutos”

LOS ZÁNGANOS: LA NUEVA FUERZA AÉREA DE LOS ESTADOS UNIDOS “60 Minutos”
(Programa de televisión de la CBS en Estados Unidos), agosto 16 de 2009

Cada vez más el ejército de Estados Unidos está dependiendo de un avión no
tripulado, casi siempre armado para seguir y destruir al enemigo—algunas
veces controlado desde bases miles de millas lejos del campo de batalla.

De vez en cuando en la historia de la guerra, aparece un arma nueva que
reescribe fundamentalmente las reglas del combate. Esta es la historia de
una revolución en la aviación no tripulada que ya está aquí.

La mayoría de la gente los conoce como zánganos; la Fuerza Aérea los llama
“vehículos aéreos sin tripulación”. Y en este momento vuelan docenas de
ellos cada minuto, todos los días, sobre Iraq y Afganistán, en la
persecución de insurgentes.

Se han convertido en unos de los más importantes aviones de la Fuerza Aérea
de los Estados Unidos—pero con un piloto que se mantiene lejos del avión o
del campo de batalla. Están regulados por control remoto a una distancia de
miles de millas.

Como lo informamos en mayo [se refiere a la CBS de televisión], muchos de
los detalles del programa de estas armas están clasificados, pero al equipo
de “60 Minutos” [es el programa de la CBS] se le permitió la entrada y un
acceso sin precedentes para presentarles este informe.

A cuarenta y cinco millas al norte de Las Vegas, al borde del desierto de
Mojave, se encuentra la base Creech de la Fuerza Aérea. Es la base del único
sector de la Fuerza Aérea en donde ningún piloto ha dejado tierra.

El coronel Chris Chambliss fue uno de los más destacados pilotos del F-16 en
la Fuerza Aérea, un miembro del legendario equipo de acrobacia aérea de los
Estados Unidos

Creech es “la primera base” en la historia de la Fuerza Aérea en volar
exclusivamente aviones no tripulados.

En este momento, sentados aquí en Creech, nos encontramos a 7.500 millas del
campo de batalla en Iraq o Afganistán. ¿Qué tan cerca se encuentra esta base
del campo de batalla allá? Le preguntó la corresponsal Lara Logan al Coronel
Chambliss.

“No creo que estemos a 7.500 millas de distancia,” le contestó. “Creo que si
sales fuera del hangar y entras en una de las estaciones de control de
tierra, te vas a encontrar en medio de la contienda.”

Para los pilotos la “contienda” es una pantalla de video. En una misión, un
camión lleno de insurgentes en Afganistán estaba siendo seguido desde aquí
por el piloto. Cuando el comandante de tierra dio la orden, fue disparado un
misil que dio en el blanco.

El disparador es activado en Nevada, con campo restringido, un remolque
sencillo y oficinas pequeñas. Doscientos cincuenta pilotos trabajan en
horarios por turnos. Al lado de cada uno de ellos está un miembro de la
tripulación que opera la cámara colocada en el avión, y detrás de bambalinas
un equipo de analistas de inteligencia.

Los aviones no son lanzados en la Base de la Fuerza Área de Creech. Despegan
de sitios en Iraq y Afganistán, y las tripulaciones en Nevada llevan el
control por satélite cuando el avión se encuentre a varios miles de pies en
el aire.

Lo que los pilotos ven es una imagen en tiempo real del campo de batalla,
desde miles de pies en el aire, avistados en vivo por cámaras instaladas
sobre los aviones no tripulados.

“Estoy viviendo la misma batalla que esos tipos. O, por lo menos, lo que
estoy viendo es la misma batalla,” explicó el teniente general Chris Gough,
que voló un F-16 en misiones de combate en Kosovo.

Ahora lo que está haciendo es volando misiones de combate en Afganistán por
control remoto.

“Se ha argumentado que no estamos metidos en la guerra. He escuchado esos
argumentos. Pero lo que le digo—y me alegra decírselo—es que nunca he estado
tan comprometido en un conflicto en toda mi vida,” le dijo a Logan.

Y nunca ha estado tan a salvo. El teniente coronel Gough está sentado a
medio mundo de distancia de la zona de guerra.

“Psicológicamente el estímulo y la respuesta son exactamente lo mismo. No
voy a 400 millas por hora, lo que significa que cuando activo el botón no
recibo 5 gigas en mi cuerpo. Cuento con más habilidad para seguir el proceso
y comprender lo que está sucediendo en el campo de batalla y la información
simplemente me vuelve y puedo trasmitirla mejor a quien la necesite,”
explicó Gough.

Preguntado si era estresante, le respondió a Logan, “terriblemente”.

Y terriblemente exigente—los soldados en el campo de batalla vienen a
depender de esto.

“He escuchado a algunos decir, ud. sabe, que ellos no quieren dar un paso
afuera de la puerta sin tener los ojos en el firmamento,” anotó Logan.

“Claro, tengo un hermano que está en las Fuerzas Especiales del Ejército. Y
honestamente no quisiera que traspasara la puerta sin que estuviera ese
aparato encima de él,” contestó Gough.

La Fuerza Aérea cuenta ahora con 28 “Reapers” (Segadoras). Cada una cuesta
11 millones de dólares. Puede volar a 50.000 pies de altura, estacionarse
sobre un blanco por 15 horas, y es tan peligrosa como un jet de combate.

La Reaper es el avión más nuevo y más letal de la Fuerza Aérea, capaz de
cargar bombas de 500 libras y misiles Hellfire.

CBS: Pero el arma más importante es la cámara del avión de un millón de
dólares. “No quiero que sepan que estoy viendo cada movimiento de ellos. Ese
ojo invisible y sin pestañas es el efecto que quiero producirle al
comandante de tierra. El hecho de que ellos no sepan que los estoy
observando es realmente el efecto mágico,” dijo Gough.

La Fuerza Área también tiene 116 “Predators” (Depredadores). El Predator es
más pequeño que la Reaper, pero puede sostenerse en el aire más tiempo, 24
horas cada vez. Puede estar a millas lejos de su objetivo, volando a través
de las nubes sin ser detectado, mientras filma un enemigo sin ser visto.

Nosotros mismos lo vimos cuando la Fuerza Área hizo volar el Predator sobre
nuestras cabezas, a una dos millas arriba sobre el espacio.

El Predator fue capaz de filmar desde 10.000 pies de altura y enviar una
imagen muy precisa de Logan mientras este programa de televisión “60
Minutos” seguía en tierra en la Base de la Fuerza Área en Creech. El
Predator no pudo ser visto ni oído por el equipo del programa, a pesar de
que conocían el punto exacto en que estaba el aparato.

La cámara del Predator hasta siguió el equipo de “60 Minutos” cuando dejaba
la línea de vuelo de la base. Esta es la capacidad que hace difícil que
puedan escapar los combatientes enemigos.

El Coronel Chambliss nos mostró cómo pueden hacerlo estos aparatos.

En un video desclasificado para “60 Minutos” un grupo de insurgentes en Iraq
acababa de emboscar un convoy de EE.UU. Trataban de escapar, pero el
Predator estaba observando.

“Esta es un arma caliente,” dijo mientras señalaba en la pantalla una figura
humana que se movía sobre el terreno cargando un objeto como una pistola que
parecía blanca en la pantalla.

Cuando se le preguntó que quería decir con “arma caliente”, Chambliss
explicó: “Bien, es como suena, en esta escena, blanco es caliente—y esa
mancha blanca que lleva este tipo es una arma caliente. Acaba de ser
disparada—y ya sabemos que acaba de ser usada. Podemos encontrar criterios
positivos de identificación de que son tipos indeseables, y así podemos
seguir y asestar en estos blancos.

“¿Ud. cree que los “Predators” y las “Reapers” pueden cambiar la cara de la
guerra,” preguntó Logan.

“Cuando podemos tener 34 aeronaves y las podemos tener en el aire todo el
tiempo, y ellas pueden explorar donde nosotros queremos que lo hagan, esa es
una enorme capacidad y por eso mismo, el enemigo tiene que actuar de manera
diferente. Tiene que esconderse más. No sabe cuándo los están observando. No
saben dónde estamos,” añadió Chambliss.

La visión de los pilotos aéreos sobre el campo de batalla les permite con
frecuencia descubrir el enemigo antes que los soldados de tierra. Gough le
puso a “60 Minutos” un ejemplo de cómo utilizó una vez esta ventaja para
dejar al descubierto un francotirador.

“Recriminamos severamente el convoy y dijimos: “Oigan, qué tal si encienden
sus máquinas y las mueven diez metros hacia mí,” recordó. “Y tan pronto como
lo hicieron este individuo nos alcanzó y disparó.”

“Enseguida pudimos con éxito encañonar al tipo.

El objetivo fue alcanzado con un mísil Hellfire.

“¿Pero qué tal si se equivoca?”, pregunto Logan.

“No nos equivocamos,” replica Gough.

“¿Nunca?” preguntó Logan.

“Es una pregunta difícil,” dijo Gough después de una pausa. “Sí. Disponemos
de los recursos para asegurarnos de que acertamos. En batalla, en combate,
en la oscuridad y la fricción de la guerra, siempre hay momentos en que tu
juicio no tiene retrospectiva alguna, tu puedes ver las cosas con más
claridad.”

“Pero tú no estás allí en medio de la refriega de la guerra. Estás sentado
aquí en tu cabina en Nevada,” observó Logan.

“Y eso es lo que nos hace más potentes y tener esa claridad, porque puede
distanciarme de la batalla y utilizar recursos que de otra manera serían
inalcanzables para los combatientes,” replicó Gough.

CBS: A pesar de tanta claridad, los aviones no tripulados y los jet de la
Fuerza Aérea han estado bajo crítica por haber matado civiles inocentes.

A lo largo de la frontera con Pakistán, en donde opera la CIA, han sido
acusados de más muertes. La CIA no hablaría con “60 Minutos” sobre sus
operaciones. Pero la Fuerza Aérea argumenta que la habilidad de estos
aviones para situarse sobre los objetivos por largos períodos de tiempo los
hace más precisos que los aviones pilotados.

Esto lo comprendimos cuando la Fuerza Aérea nos permitió sentarnos con
pilotos del Predator en Nevada mientras observaban de cerca a soldados de
Estados Unidos a lo largo de la frontera entre Pakistán y Afganistán. Lo que
se pudo ver por medio de las cámaras infrarrojas del Predator fue un
helicóptero Chinook cuando desembarcaba tropas.

Esto acontecía en el silencio de la noche, mientras en tierra reinaba la
oscuridad. A la tripulación en Nevada se le recomendaba estar observando los
soldados mientras descansaban—acababan de terminar la guardia lejos de medio
mundo.

Grandes manchas blancas en la pantalla de Nevada eran las bolsas de dormir
de los soldados, a una distancia de miles de millas. La imagen infrarroja es
tan sensible que una vez que los soldados se meten en las bolsas, la imagen
puede distinguir entre el frío de la bolsa de dormir y la cabeza tibia del
soldado y muestra como círculos negros los botones de las bolsas de dormir.

Las tripulaciones gastaron horas estudiando rebeldes sospechosos. Acababan
de detectar un grupo de hombres que emboscaban las tropas de Estados Unidos.
El piloto puede detectarlos y todavía llegar a casa a tiempo para comer.

Logan se encontró con el Teniente Coronel Gough un día por la mañana cuando
iba para el trabajo y le preguntó cómo era el asunto.

“Es ir y trabajar y hacer cosas malas a gente mala, y cuando voy a casa y
voy a la iglesia y trato de ser un miembro productivo de la sociedad, estas
cosas no necesariamente cuadran bien,” le dijo Gough a Logan.

“¿Se siente uno raro comparado con estar en el frente?” le preguntó Logan.

“Claro, cuando manejas para Las Vegas y volteas para Strip, y cruzas la
esquina y te diriges al norte de la base, estás abandonando un mundo y
entrando en otro. Sabes que salimos de ser padres y esposos para ser
guerreros,” contestó.

Chambliss y su esposa, Linda, han venido haciendo malabares con este estilo
de vida por dos años.

Es un tipo de vida como estar en una película en que ud. al mismo tiempo se
despierta en la casa, desayuna con su esposa y sale para la guerra,” anotó
Logan.

Y Linda Chambliss estuvo de acuerdo y su esposo dijo: “Eso no es sino una
partecita. Apenas ud. opera la cabina del avión, esté a 50 millas del avión
o a 5.000, eso ya no importa.”

“¿Cree que la distancia tiene ese efecto—es como un juego de video y no como
la vida real? le preguntó Logan.

“No, no, de ninguna manera” le respondió Chambliss. “Porque ud. sabe que no
hay un botón de interrupción. Cuando le das la orden a un misil de salir y
está ya volando sobre la cabeza de fuerzas amigas y va hacia el enemigo para
matar a alguien o reventar algo, sabes que eso es real—y no puedes
retroceder.”

CBS: “Esto es clave para la forma en que operamos,” le dijo el General
Norton Schwartz, Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea y su comandante
militar, a Logan.

“Como sistema, ¿sabes de algo distinto que le haya causado más daño a Al
Qaeda?”, le preguntó Logan.

“Este está probablemente a la cabeza,” contestó.

En el año 2006 Predator jugó un papel crucial en la persecución y
localización del más buscado de los líderes de Al Qaeda en Iraq, Abu Musab
al-Zarqawi.

“Y sucedió de esta manera: Llevaba 600 horas Predator siguiendo a Zarqawi. Y
tenías más o menos seis minutos el F-16 para culminar la tarea. Esto refleja
una vez más el poder de los sistemas no tripulados para producir el tipo de
inteligencia que lleva a encontrar un tipo como Zarqawi, muy hábil en
mantener su anonimato,” explicó el general Schwartz.

Chambliss le dijo a Logan que él piensa que el poder de estos aviones no
tripulados apenas se está empezando a manejar. “El próximo año va a trazar
una línea divisoria. De hecho estaremos comprando más aviones no tripulados
por primera vez en la historia de la Fuerza Aérea,” explicó.

La Fuerza Aérea ha tenido que acudir a la Guardia Nacional y a las
tripulaciones de reserva para cubrir la demanda creciente de estos aviones.
Estamos mirando la necesidad de formar una nueva generación de pilotos que
estén dispuestos a renunciar a los vuelos de la velocidad del sonido.

“Apenas superes el hecho de que no estás subiendo la escalera y entrando a
una cabina, será mucho más satisfactorio para ti, porque cada vez que
vuelas, cada día, tú tienes un impacto sobre la tierra,” dijo Chambliss.

Cuando se le preguntó si volvería a pilotar los jet de combate, contestó,
“Seré honesto con Ud., no lo haría.”

Traducción de José Fernando Ocampo

2009-08-29

El debate no ha terminado
Estado de opinión y democracia


En reciente discurso el Presidente Uribe hizo referencia al “Estado de Opinión: fase superior del Estado Social de Derecho”. No es fácil desentrañar el alcance de su tesis. El “Estado de Opinión” es ajeno a la ciencia política y no aparece en el texto de nuestra Constitución, ni de ninguna otra que conozcamos. Ayuda poco a su entendimiento que el Presidente cite, como antecedente de la figura, la suscripción de la Carta Magna entre el rey y la nobleza en la Inglaterra medieval, que es considerada el primer mecanismo de limitación del poder absoluto del gobernante y, por lo tanto, del Estado de Derecho y del moderno constitucionalismo liberal.
Sin embargo, el Presidente aporta algunas claves para descifrar su pensamiento: “Estado de Opinión no es democracia plebiscitaria pero sí es equilibrio entre la participación y la representación”. Este ya es terreno conocido; se trata de las dos modalidades de democracia que, en tensión inevitable, coexisten en nuestro sistema institucional, pero con énfasis tal vez excesivo en la primera a partir de 1991. Los mecanismos formales de participación o democracia directa son el referendo, el plebiscito, la consulta popular, la revocatoria del mandato, entre otros.
La dimensión informal de la democracia participativa, en la concepción del Presidente, debe ser el “Estado de Opinión”, la movilización permanente de la opinión pública, en especial del “Pueblo”, que es noción de singular vaguedad; en realidad, no hay uno sino muchos pueblos.
La superioridad del “Estado de Opinión” que el Presidente postula descansa en ciertas premisas implícitas que conviene mencionar: que esa opinión más que opinión es saber: “Vox Populi, vox Dei”; que el sentido de esa opinión es clara y unívoca pues proviene de voces concertadas, no cacofónicas; que esa opinión es genuina, es decir, no manipulada desde el Poder o desde los medios de comunicación.
¿Será verdad tanta belleza? La opinión pública en la base de la pirámide suele ser puro querer y sentir; no raciocinio y reflexión sobre los asuntos de la Polis. Por eso, como el viento, cambia constantemente de dirección. Ningún gobernante responsable estará dispuesto a decir que su plan de gobierno consiste en no tenerlo y en hacer, a raja tabla, lo que el Pueblo quiera. Para demostrar la superficialidad de ese sentimiento popular bastaría realizar un referendo para preguntar si se duplican los salarios y se congelan los precios. El sí sería la respuesta abrumadora y, por supuesto, catastrófica; generaría un bienestar de corto plazo pronto anulado por la inflación.
Así como hay muchos pueblos, hay muchas opiniones en una sociedad abierta y pluralista. Unas son las ideas que predominan entre los integrantes de una comunidad indígena, y otras muy diferentes, digamos, las prevalecientes en una asamblea de banqueros. No es posible decidir a priori donde se halla la verdad porque hay múltiples verdades, o, mejor, intereses en pugna. Armonizarlos es la tarea del buen gobernante.
Y en cuanto a la autonomía de la opinión popular las dudas son inmensas, sobre todo en esta época de preponderancia de la imagen sobre la palabra -de la emoción sobre el pensamiento- que difunde la televisión, la cual suele estar en manos del gobierno o controlada por este. Son claras para ciertos caudillos de ahora y del pasado las ventajas de monopolizar los medios de comunicación electrónica con el fin consolidar modelos de democracia participativa, que, en alto grado, son producto de la manipulación mediática. La “Voz del Pueblo” es, con frecuencia, el eco de las ideas que le inoculan quienes detentan el poder.
El Estado de Derecho consiste en un conjunto de reglas para restringir el ejercicio del poder y, así, tutelar el régimen de libertades; el “Estado de Opinión”, por el contrario, configura un ámbito de autonomía para decir, con pocas y taxativas limitaciones, lo que a cada quien parezca. No se entiende de qué manera este derecho pueda tener precedencia sobre aquel al extremo de constituir su “fase superior”. ¿Creerá el Presidente que la contención del poder ha dejado de ser un objetivo de primerísima jerarquía? No me parece verosímil. La libertad de expresión y el Estado de Derecho son, ambos, pilares insustituibles de la civilización política. Ninguna jerarquización entre ellos es admisible.

Una democracia de hiper-ciudadanos.
Si la democracia es el gobierno del Pueblo, asignarle a este la potestad de gobernar por si mismo debe constituir el óptimo. Desde el origen, más mítico que real, de la democracia directa en las ciudades griegas de la antigüedad, se ha dicho que ese supuesto ideal sólo puede realizarse en pequeña escala; de allí que la democracia representativa fuera concebida como una suerte de “second best”.
Ahora las circunstancias son otras. La masificación de la tecnología informática hace posible la multiplicación de los sondeos de opinión, realizados por cualquiera -que es lo “democrático”- y para cualquier propósito: desde la medición del grado de aceptación de un dentífrico hasta la de un candidato. También la democracia permanente e instantánea mediante votaciones regulares sobre todo aquello que un gobernante carismático quiera consultar. Como bien lo saben los expertos en marketing, la formulación de las preguntas sesga el resultado.
La exaltación de la democracia directa, para que no conduzca a una forma de tiranía ejercida por las mayorías, o por quienes dicen gobernar en su nombre, requiere una ciudadanía ávida de participar y dotada de conocimientos suficientes sobre temas que suelen ser complejos. Las admoniciones contra aquella posibilidad aterradora -la tiranía del mayor número- que en su época hicieron Madison y Tocqueville no han perdido vigencia.
Infortunadamente, en los países que han adquirido cierto nivel de desarrollo institucional los índices de participación en los comicios y el activismo político suelen ser bajos; y al contrario, la participación masiva de la ciudadanía es fenómeno que se presenta en sociedades profundamente divididas o sumidas en el caos. La sociedad francesa, por ejemplo, jamás ha participado tanto en política como a fines del siglo XVIII. Es comprensible: tú o tu adversario tenían altas posibilidades de acabar en la guillotina.
De otro lado, el grado de conocimiento sobre los asuntos públicos no es, lamentablemente, elevado. Giovanni Sartori en “Homo Videns; La Sociedad Teledirigida”, trae estos datos desconsoladores: En Estados Unidos el 50% de los jóvenes encuestados ignoran quien fue Hitler; una cuarta parte sostiene que Roosevelt fue presidente durante la guerra de Vietnam. En Italia, por su parte, una porción alta de los encuestados hace una década creía que el “sistema bicameral” aludía a viviendas de dos habitaciones, no a la reforma del parlamento.
Como es difícil negar que esos países son más cultos que el nuestro, carecemos de motivos para asumir que el grado de información y, sobre todo, de capacidad de juicio de los colombianos sea mejor. Para verificarlo basta dedicar unos minutos a las cartas al lector que publica la prensa, y eso que quienes las escriben son ya parte de la elite, y los editores las filtran de insultos y errores graves de sintaxis y ortografía.
Es obvio, sin embargo, que mal haríamos, como Platón lo pretendía, en reservar la ciudadanía y el derecho de gobernar a los sabios. La universalización del sufragio y la consagración de mecanismos formales de democracia directa configuran avances irreversibles. Sin embargo, hay que ser conscientes del enorme esfuerzo de educación cívica que tenemos por delante si queremos que una más intensa apelación al ciudadano genere buenas políticas.
Pero aún si esta gigantesca brecha entre lo que demandamos de nuestros ciudadanos y lo que estos están en capacidad de aportar pudiere cerrarse, algo que ningún país ha logrado (una democracia directa y masiva de calidad sigue perteneciendo al ámbito de la utopía), cabe preguntarse si el predominio de la democracia directa sobre la representativa es un objetivo loable. Mi respuesta contundente es que no por tres razones.
La primera es que los asuntos que pueden ser sometidos a la decisión directa de los ciudadanos son aquellos que es posible estructurar de manera binaria o dilemática: sí o no, esto en vez de aquello. No se requiere un esfuerzo argumental complejo para demostrar que la generalidad de los asuntos que hacen parte de la agenda pública se resisten a esta conceptualización simplista. Para la mayoría de los problemas se impone la consideración de matices, el establecimiento de excepciones y la conciliación de diferentes y, a veces, opuestos puntos de vista. La política no es “ingeniería social”, un método para hallar la verdad y desechar el error; por el contrario, es la búsqueda de soluciones imperfectas, transitorias y disputables a los problemas de la sociedad en las distintas fases de su evolución.
En segundo lugar, la definición de los problemas colectivos mediante mecanismos refrendatarios conduce, inevitablemente, a juegos de suma cero: para que alguien gane otros tienen que perder, lo cual está bien si se parte de la idea, cándida y errónea, según la cual en materias de interés público debe elegirse el bien y rechazar el mal, tajante distinción que, se supone, puede ser percibida por todo aquel que actúe de buena fe. Ignoran los apóstoles de la neo democracia directa que las mejores soluciones son las que procuran que todos ganen o que atenúan las consecuencias negativas cuando ellas son inevitables. Sin duda, para que este tipo de soluciones sea factible se requieren complejas negociaciones entre partidos y grupos de interés.
En último lugar, el recurso al ciudadano implica relegar a los intermediarios políticos del proceso decisorio. Como se observa con monótona regularidad doquiera que predomina el directismo caudillista, los políticos son considerados el problema social de mayor envergadura. Se trata, por lo tanto, de suprimirlos, no importa que ello conduzca a la paradoja de un quehacer político sin políticos, a fin de permitir al gobernante clarividente que, en intima comunión con su “Pueblo”, asuma la responsabilidad de decidir. Que a veces consulte al electorado se convierte en una formalidad vacía; Fidel y ahora Raúl nunca han perdido una elección.

La apremiante reinvención de la democracia representativa
Factores de naturaleza exógena han debilitado el prestigio de los partidos políticos y de su foro natural, el parlamento. Escapa a los objetivos que persigo analizar las causas de ese fenómeno, aunque de pasada diré que en parte obedece a que los políticos han dejado de ostentar el monopolio de la representación; con frecuencia creciente los ciudadanos, a través de los medios de comunicación, hablan por sí mismos, lo que está bien, o acuden a otro tipo de intermediarios, tales como gremios, sindicatos y una vasta constelación de ONGs.
Se dirá, entonces, que “mal de muchos consuelo de tontos”, aunque nosotros mismos hemos contribuido a esta decadencia. La Constitución de 1991, por ejemplo, aportó a esta tarea de demolición al introducirle competencia a los partidos en el ejercicio de sus funciones esenciales disponiendo que ellas puedan realizarse también a través de movimientos políticos -un claro estimulo a las disidencias muchas veces oportunistas-, o por la vía grupos de ciudadanos. Si se puede obtener básicamente lo mismo por fuera de los partidos a nadie puede sorprender su debilidad. La denominada para-política y las graves denuncias sobre cooptación de los parlamentarios a través de dadivas, han erosionado, todavía más, la legitimidad del Congreso.
Estoy convencido de que un mejor diseño de nuestros mecanismos de justicia transicional nos habría permitido otorgar tratamientos diferentes al ejercicio turbio e ilegal de la política, explicable por el alto grado de anormalidad que Colombia ha vivido en años recientes, y a las actuaciones que constituyen crímenes de lesa humanidad para tratar con algún grado de benevolencia las primeras y severidad las segundas. Tampoco hemos tenido éxito en trazar líneas divisorias nítidas entre lo que pueden considerarse mecanismos normales de participación política y prácticas corruptas que son inadmisibles. La honda polaridad entre oposición y gobierno, y entre este y el poder judicial, impidieron las soluciones de consenso que nos hubieran permitido afrontar juntos una crisis social profunda. Sea de quien fuere la responsabilidad, los valiosos precedentes del Frente Nacional a mediados del siglo pasado y de expedición de la Constitución de 1991 no fueron, para mal de Colombia, seguidos.
De las críticas que he realizado a la que he denominado “democracia de hiper-ciudadanos” surgen los motivos para intentar una tarea apremiante: “la reinvención de la democracia representativa”. Que es la única que puede hacer efectiva la limitación del poder del Estado y, por ende, garantizar el régimen de libertades; proveer un ducto adecuado para construir políticas públicas de calidad, como consecuencia del debate entre gobierno y oposición y la modulación de visiones antagónicas; servir de barrera contra los regímenes caudillistas; y, en última instancia, suministrar un entorno propicio para que se expresen la multitud de intereses que coexisten en una sociedad pluralista.
En esto no podemos equivocarnos: no es el número y frecuencia de los comicios populares lo que determina la calidad de las instituciones democráticas, si no la que proviene del grado de legitimidad de sus parlamentos (y, por supuesto, de su poder judicial). Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, los países nórdicos, España, Japón y la India, entre otros, son solidas democracias porque tienen parlamentos fuertes; no lo son algunos de los países de nuestra región, a pesar de las elecciones sean frecuentísimas, debido a que sus congresos son dóciles instrumentos del gobernante de turno.
Un programa de acción mínimo debe robustecer tanto a los partidos, que son los actores naturales en la arena parlamentaria, como al Congreso. He aquí algunas sugerencias, expresadas de modo esquemático, sobre una y otra cosa que bien podrían nutrir el debate en el proceso electoral al que estamos entrando.
• Devolver el privilegio de postulación a cargos de elección popular a los partidos. Quien quiera jugar a la política que lo haga desde dentro, no desde fuera.
• Elevar los requisitos de respaldo electoral para que los partidos conserven la personería jurídica. Necesitamos un ramillete de partidos fuertes; no una constelación de micro organismos que nada sustancial representan y que se enajenan con facilidad al mejor postor.
• Eliminar la prohibición impuesta a quienes desempeñen funciones públicas de realizar contribuciones económicas a los partidos en los que militan, lo cual manda la señal equivocada de que respaldar los partidos es contrario al interés público.
• Mientras que en muchos países es normal que los miembros del gabinete ministerial sean, al mismo tiempo, parlamentarios, en Colombia está prohibido. El resultado negativo de esta medida es doble: nos hemos llenado de parientes de congresistas en embajadas y notarias; y cerrado el camino para que los miembros del Congreso aporten al Gobierno lo que han aprendido en las cámaras. Si queremos tener parlamentarios importantes hay que abrirles posibilidades de progreso al servicio del Estado, no cerrárselas.
• Separar por completo a los parlamentarios de la ejecución de su presupuesto y, en general, de la administración del Congreso. Se trata de funciones que requieren habilidades diferentes y dedicación integral. Además, la promiscuidad entre ejercicio político y gestión financiera crea riesgos significativos de corrupción.
• El espectáculo recurrente e insólito en cualquier otro país de congresistas que se declaran impedidos para decidir porque tienen, o temen que se les imputen, conflictos de interés, los que luego dan lugar a la perdida de la investidura, debería terminar. Hay que devolver plena vigencia al principio de que los integrantes del Congreso pueden opinar y votar con total autonomía. Las faltas a la transparencia deben ser sancionadas por el electorado, no por los jueces.
Podrá señalarse que estas son propuestas radicales; lo son. Al proponerlas pretendo que ellas sirvan para devolverle status y prestancia al Congreso, corazón de la democracia representativa y dique contra los excesos derivados del uso abusivo de los mecanismos de democracia directa. Si ellos no gozan de acogida, será menester inventar otros que sirvan el mismo objetivo. Se trata de una tarea de apremiante interés público.


Jorge H. Botero
Bogotá, agosto de 2009.

2009-08-21

A MI HERMANO JAIME GARZÓN.

Columna de Jorge Londoño Ariza.



A MI HERMANO JAIME GARZÓN
En sus 10 años de vida después de su muerte.


Cada que recojo mis pensamientos para recordar a Jaime Garzón, es inevitable encoger el corazón con reverencia delante del genio que fue capaz de deslucir su rostro y ponerse a los pies de su oponente para cuestionarlo limpiándole los zapatos, en nombre de los desheredados que por intimidación no se sienten capaces de llegarle con irreverencia a un impostor; como Jesús de Nazareth, que besó los pies de sus discípulos para tener la autoridad de increparlos con humildad y sencillez, esa sencillez que deja desarmado al pretensioso y lo ofende de tal manera, que el único recurso que le queda es el de disparar contra el cordero, porque la poca sal en la mollera, no les alcanzó para entender la grandeza de un talentoso que fue capaz de morirse de la risa, ante el bribón (Godofredo cínico caspa) que tendrá que recordar el rostro del comediante el resto de su vida, porque estoy seguro que desde que ordenó el crimen, no podrá olvidar al humorista que debe estar riéndose del sátrapa por semejante osadía. Porque cuando un imbécil no puede con las ideas, echa mano de las amenazas para volverse más imbécil. Porque los criminales le tienen más miedo a la palabra que a las armas. Porque los que fantochean con su orgullo les molesta el orgullo ajeno.

Ponerse a los pies del impostor con candidez hasta derrotarlo con la facultad de la palabra y hasta llegar a enrostrarle su imponencia, es una talante que sólo se le puede ocurrir a pocos. Burlarse de si mismo como lo hizo Garzón, ha sido la más sensible interpretación frente a la escala de valores de quienes miden el desarrollo de la vida por los valores monetarios. Por esa simplicidad, el arlequín se codeó con los ministros del despacho y los embajadores de los cinco continentes, porque si bien algunos no entendieron lo inteligente de la caricatura, si entendieron lo ilustre del personaje, así hayan tenido que acudir al esnobismo para manifestarse frente al más importante bromista de la historia colombiana. (Cuak).

Los que entendimos nos divertimos a mandíbula batiente, los que no, se mortificaron y se confundieron de tal manera, que con sus oídos abiertos aún no han podido comprender y con su boca descolgada aún no han podido entender.

Y fue tal la grandeza de Garzón, que no tuvieron otra opción que matarlo como premeditación a la incapacidad de discernir la inteligencia universal del risa, esa misma que seguramente dibujarán los niños de los asesinos cuando algún comediante los haga sonreír y esa sonora carcajada que espontáneamente explotará en los familiares de los criminales, que en cada jolgorio, seguramente caerán en la cuenta que la universalidad de La Palabra los llamará a juicio desnudos, porque nada de lo que les motivó el crimen se podrán llevar; porque si pensaron como materialistas y creyeron que la virtud del espíritu no existe; entonces son materia que se volverá gusanos y los gusanos excretarán para que la más diminuta de las hormigas convierta en humus la carroña del que no fue capaz de entender en aquel momento, que una vez son asesinados los iluminados de la palabra, empieza el resplandor que los hará notables en la historia, atraídos por al palpitar que sustenta a perpetuidad La Idea de La Vida: Porque La Idea es La Palabra en el infinito silencio y La Palabra es La Idea ya manifiesta en El Eterno presente…



Jaime Garzón y Jorge Londoño Ariza

2009-05-31

La segunda reelección de Uribe: No es un asunto político, es mediático

La segunda reelección de Uribe: No es un asunto político, es mediático


POR: José Gregorio Hernández


¿Por qué a pesar de la polarización y de la multiplicación de los escándalos vamos a reelegir al Presidente Uribe? Un análisis sereno del ex presidente de la Corte Constitucional.

Reelección o catástrofe

Los temas de alto interés nacional deben ser estudiados de manera objetiva e imparcial, precisamente porque la suerte de todos depende de si la decisión es acertada o no lo es.

Por eso invito a los lectores y lectoras a que por un momento tratemos de dejar de lado nuestras posiciones políticas o ideológicas para hacer un examen reposado de los hechos, más allá de la intensa polarización que el país está viviendo. Ese encerrarse en posiciones opuestas y dogmáticas es peligroso para la democracia que nos urge conservar y que - en medio de tantas dificultades, por encima de muchos odios y muchas trifulcas - hemos logrado conservar desde 1810 hasta 2009.

Colombia está hoy en una verdadera encrucijada, que los medios de comunicación y las encuestas han logrado crear y convertir en una realidad. Esa encrucijada se concreta en los siguientes términos: ¡reelección de Uribe o caos! (o “hecatombe”, como él mismo denominó la hipótesis de su tercera postulación). En otras palabras, no hay otro colombiano que pueda asumir la responsabilidad de conducir los destinos nacionales. Si Uribe no es, no puede ser nadie. Fuera de Uribe, no hay salvación.

Las virtudes del Presidente Uribe

En el nivel personal, no tengo nada contra el Presidente Uribe. Es una persona inteligente, sagaz, comprometida -creo que sinceramente- desde su peculiar posición con lo que él considera el único interés nacional -derrotar a la guerrilla-; y es, simultáneamente, un político hábil; un individuo dotado de especial carisma, que une a su simpatía y calidez un sello de inocencia que desarma a sus enemigos; dueño de una importante capacidad de convicción, es un magnífico comunicador; un excelente relacionista; y un publicista creativo que ya quisieran tener las mejores agencias de propaganda en el mundo.

El Presidente es, además, un hombre sencillo y abierto, con quien toda persona puede tener contacto. No está contaminado por esa estúpida actitud de los que, no habiendo sido jamás importantes, adquieren importancia de la noche a la mañana. Uribe no: si algo tiene es el orgullo de ser colombiano, y, como no es torpe, no cae en esas tentaciones -propias de los incapaces- , y está al nivel del arquitecto y del obrero; del magnate y de la secretaria; del comerciante y del campesino. Con todos habla. A todos atiende. Y goza de una memoria envidiable, que le permite recordar siempre hasta los mínimos detalles de muchas cosas, lo que subyuga a sus interlocutores. Confieso que, si no fuera por la absoluta incompatibilidad entre sus ideas y las mías, sería uribista. Hasta me pareció en algún momento que, dadas las circunstancias políticas, en 2006 su continuidad era algo natural o inevitable, aunque -como se sabe- soy enemigo -en abstracto- de todas las formas reeleccionistas.

Una elección histórica

Digo, por otra parte, que el Presidente se mostró tal como era -autoritario y ambicioso de poder- desde el principio, y que quienes votaron por él sabían a qué atenerse -incluidos los distinguidos escritores que hoy lo critican pero que lo apoyaron.

Elegir a Uribe era algo de fondo histórico: no era cualquier elección. Él no era - como en el Vaticano- un “Papa de transición”. Era una elección de largo alcance y respaldada por los grandes “cacaos” de la política, de la economía y de los medios. Una escogencia de aliento indefinido, porque, desde el punto de vista de los reales “dueños” de Colombia, no era fácil conseguir un líder de extrema derecha tan decidido y tan audaz, que, además de todo, no procedía -como Álvaro Gómez Hurtado- de la rancia estirpe conservadora, sino del Poder Popular del Partido Liberal.

Una derecha aceptable, de raigambre formalmente liberal, que se presentaba a los colombianos como alternativa urgente y necesaria para sustituir la debilidad y el “entreguismo” -ante la guerrilla- de un presidente conservador que fue presentado como claudicante e incapaz, por haber buscado el diálogo. Un hombre, Álvaro Uribe, personalmente afectado por el asesinato de su padre a manos de la guerrilla, abiertamente militarista y pro-norteamericano, que no tendría inconveniente en luchar a brazo partido para acabar con las FARC, movimiento que -no obstante los crímenes del paramilitarismo- logró clasificarse en los medios como el peor, si no el único enemigo de Colombia. Sobra decir que ese poder económico y financiero, y sus medios de comunicación, además de sus firmas encuestadoras, se pusieron al servicio de la causa uribista, y lograron su propósito. Lo alcanzaron en 2002. Repitieron la faena en 2006. Están a punto de reiterar su triunfo en 2010.

Inconvenientes de la reelección inmediata

Pero conviene reflexionar sobre el tema. Pensar. Meditar. La ola de reelecciones en América Latina y en otros países, con independencia de la orientación filosófica o política de los reelegidos, nos hace pensar en una “pandemia política”, más grave que la de gripa porcina. En un insecto traicionero y fatal que está picando a todos nuestros presidentes: a Lula y a Chávez; a Evo y a Correa; y Uribe quería y quiere ser contaminado.

Sin embargo todavía -aunque la ley que convoca el referendo reeleccionista está a punto de ser aprobada, pese a todos sus posibles vicios de orden constitucional- podemos tomar en cuenta algunos elementos objetivos, que me permito enunciar como “impedientes” para aceptar esta forma de prolongar un mandato presidencial:

-La reelección para un período que no sea inmediato, como la concebía la Carta Política de 1886, ubica al ex presidente de la República en condiciones de cierto equilibrio ante sus contrincantes. Se ve precisado a exponer -ya sin los mecanismos propios del poder en sus manos- los aciertos y las razones de sus equivocaciones en el gobierno. Por eso, Belisario Betancur pudo derrotar en 1982 al doctor Alfonso López Michelsen, no obstante la mayoría liberal existente entonces y la magnífica administración de López entre 1974 y 1978, que podía exponer con justificado orgullo.

-La reelección para el período inmediato es una forma de vulnerar la esencia democrática de la Constitución colombiana y en especial el principio de igualdad, como en su momento lo expuso el ex presidente López Michelsen en tres artículos sucesivos del diario El Tiempo. Esto no lo quiso entender la Corte Constitucional de ese momento, por cuanto profirió un fallo político (Sentencia C-1040 de 2005).

- La reelección inmediata constituye una forma inaceptable de concentración del poder, no en manos de un candidato, sino de alguien que ya ejerce el gobierno -con todas las prerrogativas de distinta naturaleza que ello implica, las prebendas y las posibilidades que la sola posición ofrece, como las presupuestales, las burocráticas y las de acceso ilimitado a los medios de comunicación oficiales y privados-, en detrimento de los demás aspirantes, quienes por definición están “mutilados” ante el candidato que simultáneamente gobierna. Es lamentable que eso no lo haya evaluado la Corte Constitucional, como si hubiera estado ciega. ¿O se puso ella misma una venda que no le permitió ver?

-La Corte Constitucional del momento no ejerció un control material acerca de los impedimentos de los congresistas y, por ejemplo, no le importó que mandos medios de embajadas y consulados, sin tener la menor idea sobre asuntos diplomáticos, hubiesen sido designados por sus vínculos familiares o políticos con los congresistas llamados a votar. Los conflictos de intereses se quedaron escritos en la Constitución.

Un gobierno lleno de escándalos

Las segundas partes nunca fueron buenas. Y lo hemos visto durante el segundo período de Uribe que, pese a sus esfuerzos personales, ha resultado tan escarpado y difícil, no por las acciones de la guerrilla sino por sus propios escándalos, que en otro país o en circunstancias políticas y mediáticas diferentes, ya no podría sostenerse en el poder.

Así, asuntos como la llamada “parapolítica”, que ha vinculado en su mayoría a amigos políticos del presidente; las inclinaciones delictivas de los antiguos paramilitares; sus confesiones y denuncias; el oscuro proceso de negociación de Ralito; la torcida y celestina ley “de justicia y paz”; las extrañas extradiciones de los jefes “paras”, sin atención alguna a las víctimas; las revelaciones de las mismas autodefensas, en un cerco cada vez más estrecho alrededor del Jefe del Estado; los llamados “falsos positivos”, que no son sino crímenes atroces, cuyo número va en aumento; los enfrentamientos presidenciales con la Corte Suprema de Justicia; el seguimiento a magistrados, inclusive los auxiliares, por parte del Gobierno; la llamada “yidispolítica”, que puso en tela de juicio la legitimidad de la primera reelección; la posible participación de integrantes de la familia presidencial en DMG; la demora del Estado en definir una línea de acción en el problema de las ”pirámides”; la posible financiación de DMG para la recolección de firmas para el referendo con miras a la segunda reelección; la extraña visita de alias “Job” a la Casa de Nariño -nunca explicada-; las interceptaciones telefónicas, tampoco explicadas a cabalidad, en el seno de la Policía Nacional - con la caída, como en el juego del dominó, de varios generales que aspiraban a su dirección; las interceptaciones y seguimientos del DAS a dirigentes de oposición; las interceptaciones a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia; la entrega de datos financieros y familiares de los magistrados al DAS cuando habían sido captados en función de la prerrogativa estatal de carácter tributario; los negocios de los hijos del Presidente de la República con DMG; los negocios de los jóvenes Uribe con la administración dirigida por su padre para obtener beneficios en relación con un terreno, y su posterior conversión en “zona franca”.

Tantos accidentes, de los que ahora nos acordamos apenas en forma parcial, que harían imposible cualquier gobierno, no afectan sin embargo al de Uribe, gracias a un experto manejo de los medios de comunicación que logran, con una magia digna de mejor causa, “volver las cosas al revés”, o simplemente ocultarlas, o presentar verdades a medias - que son en realidad mentiras-.

En todas esas situaciones, al menos como ejercicio teórico -opción que fatalmente será perdedora en el plano político, en una sociedad donde las más poderosas redes mediáticas se bautizaron y confirmaron como inamovibles “uribistas”, siendo pecado cualquier opción diversa-, la posibilidad reeleccionista debería tenerse naturalmente como autoritaria y excluyente, pero en Colombia los hechos habrían de confirmar, y lo volverán a hacer en 2009 y 2010, la dolorosa experiencia de que los juristas aramos en el mar y edificamos en el viento -como decía Simón Bolívar- cuando nos enfrentamos a poderosas maquinarias periodísticas, usen o no el espectro electromagnético.

El hechizo de los medios

El Derecho -quisiéramos comprobar lo contrario- no puede con los medios, ni con las maniobras de los expertos amigos del Gobierno. La lucha es -como dicen los santandereanos- “de toche con guayaba madura”. ¿Qué puede una argumentación legal de un minuto ante el impacto de una información reiterada miles de veces y en toda oportunidad por una televisión y una radio que embrujan a los votantes? ¿Cuál es la fuerza política de una argumentación jurídica frente a una imagen, mil veces repetida, que muestra al Presidente como el Redentor del Mundo? ¿Y qué tal si, después -para hacer “quedar mal” a los juristas contradictores- las sentencias de la propia Corte Constitucional, cooptada por el régimen, confirman la divinidad de las decisiones presidenciales, no importa si los magistrados que las profieren son los hijos de los embajadores de régimen?

En la sociedad colombiana actual -y muchos lo han padecido en reuniones sociales, en restaurantes y en buses-, o se es uribista, o se es guerrillero. Y constituye conducta inconcebible que alguien -quizás algún loco- haga uso en nuestro conglomerado “mediatizado”, del derecho de apartarse de las “verdades” presidenciales -el moderno Evangelio-, o se atreva a pensar diferente respecto a lo que consagran los titulares de noticieros y periódicos, únicas fuentes de la verdad oficial o aceptada, para tratar de vivir el drama de la vida misma, en carne propia; de protestar ante ella, o de reaccionar. Por ende, estamos lejos de comprender que la sociedad colombiana, y la del mundo, como un derecho y como natural consecuencia política del desenvolvimiento de cualquier convivencia, están reclamando otros prismáticos. Los medios, empero, obedecen a criterios diversos -creemos que económicos- y, de acuerdo con sus estrictas “políticas”, ”no dejan ver”. Entonces, esos prismáticos que requerimos no los suministran, y nos privan de canales efectivos de comunicación, aunque a veces nos dejen hablar. El narcótico que enceguece y enmudece tiene muchas formas, normalmente amables: las piadosas modalidades de mordaza se administran hoy con la suavidad y la tersura de las telenovelas, o de los deliciosos chismes sobre asuntos de farándula.

Vistas así las cosas, la nueva reelección de Uribe -que daría lugar indefinidamente a nuevas reelecciones, para configurar una extraña dictadura “de la democracia”- , más que un problema político, debe verse como un asunto relativo al manejo de medios, a la publicidad, a las encuestas, a las estrategias mismas -en el campo mediático- de la oposición. La gran triunfadora uribista -y por ello debería recibir un premio-, no es la dirección política de Uribe sino su departamento publicitario que, cual ocurrió en la época de Hitler con la organización propagandística de Goebbels, ha hipnotizado a los colombianos, como en su momento lo hizo el publicista nazi -quien se suicidó junto con su familia en 1945- pero quien, antes de hacerlo y para los fines de su jefe, obtuvo el apoyo incondicional y ciego de millones de alemanes.

Conclusión

La invitación es a que pensemos un poco.

2009-05-28

Palabras del presidente Arias de Costa Rica, en la Cumbre de las Américas en Trinidad



Bastante cierto es, que en Latinoamérica nuestros gobernantes se han concentrado históricamente, en mantener al pueblo en medio de poca educación y cultura. De ahí que, los espacios de la política siempre terminan manejados por castas de familias y por personas que logran penetrar esas familias, lo que les permite crear nuevos anillos de poder.

Finlandia dedica grandes cantidades de su presupuesto a invertir en educación, la primera ministra finlandesa, afirma que un pueblo educado y culto, no será engañado por ningún politiquero, ya que el ciudadano sabe interpretar el discurso de un candidato.

Las siguientes son las palabras del presidente de Costa Rica, doctor Oscar Arias, en la pasada reunión o cumbre de las Américas, celebrada en Trinidad:
Nota del blogero.

"Cada vez que los caribeños y latinoamericanos se reúnen con el presidente de Estados Unidos, es para pedirles cosas o reclamarles cosas... para culpar a Estados Unidos de nuestros males pasados, presentes y futuros... y no creo que eso sea justo.

No podemos olvidar que América Latina tuvo universidades antes que Estados Unidos. No podemos olvidar que hasta 1750 todos los americanos eran pobres.

Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… pero la Revolución Industrial pasó por América Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta... ciertamente perdimos la oportunidad.

Hace 50 años, México era más rico que Portugal. En 1950, Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que Corea del Sur. Hace 60 años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur –en cuestión de 35 años– es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante. Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.

No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal. Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos. Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos avanzados, es de 8.

Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos.

En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10 a 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.

Un hecho que para mí es grotesco, y que lo único que demuestra es que el sistema de valores del siglo XX, y que estamos poniendo en práctica también en el siglo XXI... es un sistema de valores equivocado.

No puede ser que el mundo rico dedique 100.000 millones de dólares para aliviar la pobreza del 80% de la población del mundo –en un planeta que tiene 2.500 millones de seres humanos con un ingreso de $2 por día. Y no puede ser que América Latina gaste $50.000 millones en armas y soldados. Yo pregunto: ¿quién es nuestro enemigo? El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta, es la falta de educación; el analfabetismo; el que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente avergüenza; es producto, entre muchas cosas, de que no estamos educando a nuestros hijos.

Uno va a una universidad latinoamericana y todavía parece que estamos en los sesenta, setenta u ochenta. Parece que se nos olvidó que en 1989 pasó algo muy importante al caer el Muro de Berlín, y que el mundo cambió. Tenemos que aceptar que este es un mundo distinto. Todos los académicos, toda la gente de pensamiento, economistas, historiadores, coinciden en que el siglo XXI es el siglo de los asiáticos, no de los latinoamericanos. Mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre los “ismos”... capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo..., los asiáticos encontraron un “ismo” muy realista... 'Pragmatismo'

Cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur, después de haberse dado cuenta de que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo de una manera acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha: “La verdad, camaradas, es que mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones”...

Y si hubiera estado vivo Mao, se hubiera muerto de nuevo cuando dijo.. La verdad es que enriquecerse es glorioso

Y mientras los chinos hacen esto, crecen en un 11%, 12% y 13%, y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza, nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado hace mucho tiempo atrás.

Esto lo logró Deng Xioping cuando tenía 74 años, y viendo alrededor, queridos Presidentes, no veo a nadie que esté cerca de los 74 años. Por eso solo les pido que no esperemos a cumplirlos para hacer los cambios que tenemos que hacer.

Muchas gracias".

2009-05-24

Los hijos del Presidente: ¿empresarios o negociantes?

Reproduzco esta columna de la Fundación PLURAL, ya que este asunto es de interés nacional.

Los hijos del Presidente: ¿empresarios o negociantes?


Por: Marcela Anzola y Francisco Thoumi

Revista virtual Razón Pública 28/04/2009

Colombia Plural/Inestco

La conducta de Tomás y Jerónimo Uribe refleja un problema de fondo en la ética económica que rige en Colombia y que está en la raíz de nuestros males. Análisis de un escándalo que va mucho más allá de lo anecdótico

El escándalo ocasionado por la compra y reventa de terrenos por parte de los hijos del Presidente en el municipio de Mosquera, Cundinamarca, es un reflejo de los graves problemas que el capitalismo colombiano tiene en sus raíces.



Hacer empresa, hacer negocios

La diferencia entre “hacer empresa” y “hacer negocios” consiste en que la empresa implica una visión de largo plazo y una continuidad de la acción productiva, mientras que el “negocio” se agota en el momento de la transacción. Hacer empresa significa innovación, producción de bienes y servicios, generación de empleo, control de calidad, búsqueda de una reputación sólida, de manera que se genere riqueza en el largo plazo; el “negocio” consiste en aprovechar la oportunidad y obtener ganancias grandes en el corto plazo.

Hacer negocios no es necesariamente reprochable ni contraproducente para la sociedad (por ejemplo el arbitraje entre mercados ayuda a regular los precios); sin embargo el “negocio” no es lo más deseable desde el punto de vista del bienestar social.

En Colombia existe una gran tendencia a hacer negocios, sin hacer empresa. La falta de continuidad en la actividad comercial es un fenómeno bastante común en nuestro medio, como se manifiesta en la dificultad que encuentran los programas que pretenden estimular el emprendimiento o aumentar la competitividad.

La riqueza como botín

Esto se explica en buena parte por una tradición que concibe la riqueza como un “hallazgo” más que como una “creación”. En otras palabras, se trata prevalentemente de una cultura, validada por la abundancia de recursos naturales. Para el imaginario del colombiano, la riqueza se obtiene en una batalla - virtual o real- por los recursos que se encuentran en el mundo; “hacer negocios” forma parte de esta lucha - en este caso virtual - e implica comprar u obtener al menor precio posible y vender caro, sin importar la contribución social de esas actividades.

La visión anterior también implica que la dimensión ética no sea un componente importante en la toma de decisiones, razón por la cual todo bien existente es susceptible de ser “capturado” -y entre estos bienes se incluye el Estado. De aquí que muchos políticos, mientras disfrutan “su cuarto de hora”, hagan “negocios” donde obtienen grandes beneficios privados relacionados con las actividades estatales. El Estado se convierte así en un botín, que se captura a través del gasto público o mediante la manipulación de las leyes para obtener ventajas privadas.

Las actitudes mencionadas tendrían profundas raíces culturales en nuestra larga historia de ”conquista”, donde la riqueza se encuentra y no se crea, y donde la propiedad se obtiene a través de privilegios, y en algunos casos por medios violentos. Como solía decir en sus tertulias Carlos Lleras Restrepo “hay muy poca riqueza amasada con trabajo, sudor y ahorro“.

Por la misma razón, una gran parte de las transacciones en Colombia son percibidas como juegos de “suma cero”, o donde se requiere que alguien pierda para que alguien gane; pero esto contradice toda la teoría económica moderna, que justifica el mercado precisamente porque en una transacción ganan tanto el vendedor como el comprador. Es interesante notar que en la jerga común se haya acuñado el verbo “tumbar” para referirse a muchas transacciones donde alguien obtiene algo a expensas del otro, haciendo evidente el hecho de que la actividad comercial no se rige por elementos de confianza mutua: hay que saber cuidarse para no ser “tumbado”.

No es de extrañar entonces que en Colombia los “costos de transacción” sean muy altos. Para llevar a cabo cualquier intercambio importante, como la compra o la venta de un auto o de una vivienda, se necesita averiguar quién es la contraparte y hay que tomar medidas para evitar ser estafado.

La muestra de DMG

La concepción de la riqueza como el resultado de grandes ganancias extractivas o como el producto de transacciones entre desiguales está tan interiorizada que un grupo importante de colombianos considera que la gran pirámide de DMG no era pirámide, y que sus prometidos retornos del 100% o más, en un par de meses, son “normales” en un sistema de mercado moderno. Por eso en las marchas de protesta de los depositantes en DMG eran comunes los slogans como “dejen trabajar“. Y en los blogs se afirma que el problema de DMG consiste en que le hacía competencia a los bancos de los oligarcas, “los que todos sabemos“, que invierten en mercados de futuros de divisas (forex) y obtienen rendimientos muy altos; el gobierno decidió cerrar a DMG para eliminar esa competencia.

Es notable que el fracaso en el referendo del 2004, los falsos positivos, o los vínculos de la bancada oficialista con el paramilitarismo no hayan disminuido la aceptación y popularidad del Presidente, y que ésta hubiera caído solamente cuando “nos quitó a DMG“. Tampoco sorprende que hoy se hable de crear el partido político DMG.

El narco y el contrabando

Dado el concepto colombiano de riqueza, el narcotráfico fue aceptado como algo normal. Las enormes ganancias hicieron que los traficantes se vieran como personajes dignos de admiración. La ilegalidad del negocio se percibe apenas como la fuente de los obstáculos o desafíos que el “traqueto” o la “mula” tienen que superar. Así, un envío de drogas que llega a su destino y se vende “corona”, es decir, quien lo hace gana, como si el narcotráfico fuera un juego de damas.

Otra expresión de esta lógica se encuentra en el contrabando aceptado de modo consuetudinario - y hasta el punto de que en algunas zonas fronterizas se han dado marchas cívicas que exigen el “derecho adquirido” al contrabando, el cual se justifica como una forma del derecho al trabajo. Lo mismo ocurre cuando las autoridades efectúan algún operativo en los conocidos “San Andresitos”.

La deslegitimación de la propiedad

La consecuencia de estos mecanismos de obtención de la riqueza es la falta de legitimidad de la propiedad, la cual no es reconocida por grupos importantes de la sociedad, y en muchas ocasiones ni siquiera puede ser reivindicada legalmente porque no se ha obtenido de conformidad con la normas.

Por eso hay anuncios como “esta propiedad no está en venta“, para evitar robos por medio de escrituras falsas. Un reflejo mucho más grave de la poca validez social de la propiedad es el secuestro extorsivo, un crimen de lesa humanidad que sin embargo es visto por muchos como un simple mecanismo de transferencia de rentas y privilegios: “si la riqueza se obtiene por privilegios, manipulación de leyes, buena suerte o violencia, y yo no tengo acceso a esos métodos, mi mejor estrategia es secuestrar a quien si tuvo acceso y transferir las respectivas rentas“.

Para que la propiedad privada sea reconocida como válida y digna de ser respetada por terceros, es necesario no sólo que su proceso de acumulación sea legal (legítimo) sino que tenga efectos positivos sobre la sociedad: producción de bienes y servicios útiles o innovadores, generación de empleo, aumentos en la productividad de otras empresas, y en general, mejoramiento en la calidad de vida del país. Este proceso de validación de la propiedad privada contrasta con procesos extractivos o aleatorios donde la riqueza privada se asocia con la manipulación de normas, la obtención de privilegios, la buena suerte, la violencia contra otros ciudadanos - o aún con el arbitraje entre mercados, para lo cual se requiere tener información privilegiada (por ejemplo, saber que no eran valiosas las baratijas que se entregaban a los indígenas a cambio de su oro).

En tales casos no hay validación social de la propiedad privada o su validación es muy débil. Esto acarrea costos de transacción enormes y exige un mayor esfuerzo para proteger las propiedades; por eso una de las industrias más pujantes en Colombia es la seguridad privada, la cual incluso cuenta con más personal que la policía.

Una ética costosa

Todo lo anterior ha generado una paradoja notable en el comportamiento de los colombianos. Por un lado luchan por obtener riqueza, pero por otro lado tienen que gastar tiempo, recursos y esfuerzos para proteger sus derechos de propiedad: temen sacar sumas “grandes” en efectivo de los bancos (por ejemplo 300 mil pesos) por temor a ser víctimas del “fleteo”; todos los apartamentos y condominios tienen sofisticados y costosos sistemas de seguridad; los morrales se usan al revés - al frente- para evitar robos; en las calles se deben hacer rodeos para no pasar por zonas que se consideran peligrosas; para tomar un taxi lo mejor es llamarlo por teléfono porque hacerlo en la calle es arriesgado, tanto para el pasajero como para el chofer; para cobrar un cheque por sumas no muy altas es necesario poner la huella digital; los precios por metro cuadrado de los apartamentos son más altos que los de las casas, que son menos seguras; y así sucesivamente. En suma, los colombianos viven permanentemente a la “defensiva”, cuidándose de los demás colombianos.

Los hijos negociantes

Volviendo a Tomás y Jerónimo, no hay duda que tienen derecho a “hacer negocios” y que es muy probable que en el que hicieron al comprar las tierras en Mosquera - que al parecer se valorizaron muy rápidamente - no hayan violado ninguna ley. Sin embargo, la conducta de Tomás y Jerónimo muestra que ellos siguen siendo negociantes más que empresarios. Si fueran empresarios las ganancias de su inversión en Mosquera provendrían de las empresas que se establezcan en la futura zona franca; provendrían de la innovación y el empleo que generan dichas actividades, no de las rentas obtenidas por la valorización de la tierra o por la negociación exitosa en la que obtuvieran un “buen precio”.

Adicionalmente, aunque no lo quieran, son personajes públicos. Su padre es el Presidente más popular que ha tenido Colombia desde que se hicieran encuestas al respecto. Más aún, posiblemente ha sido el mejor Presidente que ha tenido el país en mucho tiempo: durante su gobierno han disminuido sustancialmente los secuestros y las muertes violentas, la guerrilla ha sido debilitada, y ha negociado el desarme de algunos grupos paramilitares. No obstante, hay profundas dudas respecto a que haya contribuido a modernizar al país esto es, a cambiar la cultura tradicional por una que permita competir exitosamente en un mundo globalizado.

Dos simples consejos para Tomás y Jerónimo: primero, recuerden que la mujer del César no tiene solamente que ser honesta, sino que además debe parecerlo; y segundo, que mientras ustedes sean empresarios y generen riqueza para la población, no tendrán los problemas que tienen por ser buenos negociantes.

2009-05-06

Falso positivo


FALSO POSITIVO



Madre, encuéntrame
hazme un cuerpo con las hojas nuevas
te contaré de cómo el viento se llevó
mis ojos
y de cómo un ángel me espera
en el aroma del romero
allá en el patio
alguien me canta, madre
y quizás sea mi memoria
que se abre paso para decirse
pero tengo piedras en la voz
y en la esperanza
No llores, madre
sigue escarbando
que pisadas de botas cubren
mi mirada
-tres tiros fueron
uno de gracia en las palabras-
madre, ya estás cerca
te sangrarán las manos
al arrebatarme con las uñas
a las uñas del barro
hurga bien, invéntame
que ninguno de mis gritos
se quede en esta tierra
enjuágame en tu rostro
y ponme una gota de sol en la frente
trae pájaros que te indiquen
donde quedaron los versos de mis pies.

Mauricio Cappelli.



Coloco este poema titulado "Falso positivo", escrito por Mauricio Capelli, joven escritor palmirano, poema que me aviva los sentimientos de rabia en el corazón por la indolencia del ciudadano colombiano, al saber, conocer e ignorar todos los crímenes que desde el solio de Bolívar, al parecer, se ordenan para mostrar una falsa seguridad democrática. Más temprano que tarde, los colombianos tendremos que reaccionar y no permitir que nos sigan convirtiendo nuestra Patria, en una DEMOCRACIA PARA EL DELITO. (EL BLOGGERO)

2009-04-21

¡FUERA FRANCESES DE ACUAVIVA!

¡FUERA FRANCESES DE ACUAVIVA!

Por: Jorge Londoño Ariza - Vìa Internet

¡Siquiera se van los franceses de Acuaviva!, aun sabiendo las dificultades que debemos afrontar por el desmantelamiento que harán de la empresa, porque la bronca los llevará a dejarla arruinada, hasta el punto de someternos al tortuoso camino de la denuncia en los tribunales, para que se haga justicia entre las partes; además de dejarnos el daño de inundaciones, el incumplimiento del Plan Maestro de Alcantarillado y el desmoronamiento de la Cuenca del Rió Nima, por falta de mantenimiento, ante la negligencia de una nefasta sociedad a la que sólo le importó el billete, ajenos a la responsabilidad social y al compromiso contraído, sin que alguien con acceso a las pruebas de esa contabilidad, hayan hecho un esfuerzo de responsabilidad civil ni penal para meterlos en la cárcel. La Cámara de Comercio que sabe tantas cosas, pero que nunca denuncia, la Contraloría Municipal que jamás lleva a la justicia ordinaria los juicios fiscales y la CVC que ayuda a tapar. Infortunadamente, sólo hasta ahora nos enteramos de tantos desmanes en los términos y desarrollo de ese contrato. ¡Grave lo que nos espera a los habitantes de esta ciudad!...

¡Mezquinos!...tanto ellos como los políticos profesionales que hicieron de ineptos ante el incumplimiento de lo pactado en el contrato de arrendamiento; y hasta llegaron al bochornoso sometimiento, de permitirle a los chupasangre franceses llevarse a través del gasto en una operación hecha para los 15 años, 3 contratos leoninos de asistencia técnica y costo variable por $50 mil millones de pesos, sin contar las utilidades, que para el municipio no han sido más que un donaciticismo de los franceses y para ellos el gran negociado.

Esto fue lo que dejaron de administrar los políticos y gobernantes del Municipio de Palmira involucrados en ese contrato, tal vez, por unas coimas en los bolsillos de unos cuantos – o de idiotas útiles ante semejantes ganancias – lo que resulta ser una miserableza frente a la magnitud del daño causado a los palmiranos. Fueron tan negligentes e incapaces de conducir su propia riqueza, que sobrepusieron sus egos personales, hasta el punto de acudir a un utilitarista francés para que se llevara todo un tesoro, creyendo para sus adentros que con la dádiva aseguraban el futuro de sus hijos, quienes de enterarse de la decisión de sus padres, lo más seguro es que sientan la incomodidad de la vergüenza.

Fue tan rentable para los franceses la empresa Acuaviva, que cualquiera tiene el derecho a pensar que concejales, administradores y sindicalistas de aquel momento, fueron tan estúpidos, que no solamente quebraron las Empresas Municipales matando La gallina de los huevos de oro – por lo mediático de sus intereses según Felix Samaniego – llevados por la premeditación y la ruina hacia los demás.
Afortunadamente, el alcalde Raúl Arboleda Márquez, viene a tratar de enderezar lo que sus antepasados políticos torcieron – con el alto riesgo de fracasar en el intento – teniendo en cuenta que las superintendencias en Colombia, fueron creadas para defender el capital y no los intereses de la comunidad.

Hay que salir a las calles a respaldar al alcalde Arboleda y el abogado Alfonso Correa, quienes se atrevieron a gritarle en la cara a los franceses, reclamando para los palmiranos la empresa que por derecho propio nos pertenece; y recuperar un modelo de administración que no nos permita volver a los errores cometidos.

En un señalamiento de las responsabilidades políticas, es inevitable librase de la chispita de rabia al sentirse traicionado como ciudadano ante la indolencia y complicidad de los exalcaldes: Calle, Motoa y Castro; y un sector de la sociedad palmirana, quienes teniendo el conocimiento comercial y contable, callaron ante el incumplimiento de los compromisos establecidos en el contrato de arrendamiento… ¡Ojalá el diablo que es bien amigo mío, los lleve a la quinta paila de los infiernos, los cocine a fuego lento y les niegue para siempre el descanso eterno!... Si sonríes, es porque el diablo se las va a cobrar…

Así los franceses hayan dicho que se largan, hay que aprobar la antiprórroga en el concejo, porque a estos bárbaros no se les puede creer, porque son tramposos y nos pueden cambiar las reglas del juego para quedarse con la empresa. Y si el alcalde posterior al doctor Arboleda intenta devolver lo que el actual concejo decida, le gritamos mil noches en su ventana para que no pueda dormir; y si no, le tiramos piedra al techo de su casa, hasta que nos diga que respeta la voluntad popular.
Hay que vigilar para que los franceses en la huida, no nos hagan una jugada sucia ni se vayan a robar los lapiceros, las servilletas y el software administrativo y financiero que tiene un valor de dos millones de dólares.

Afortunadamente, la devolución del acueducto me evita el trabajo de Art Attack que tenía premeditado en las paredes de ese edificio, escribiendo al medio día y con mi firma el derecho a la rebeldía: ¡Fuera franceses de Acuaviva!, no por lo de galos, sino por lo vivos que resultaron, ante la brutalidad de quienes propiciaron la desestabilización económica del municipio, pervirtieron el orden jurídico, dejaron incumplir los términos de referencia y perturbaron la tranquilidad de los palmiranos; con la culpabilidad de mi torpeza mental de no haberlo indagado a su debido tiempo, como me lo recrimina Sábato en su testamento político: ...“el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es de alguna manera, una indignidad”…

Palmira, abril 9 de 2009