2009-09-01

REVOCATORIA Y FALACIAS POLÍTICAS

REVOCATORIA Y FALACIAS POLÍTICAS
Carlos Alberto Franco S.


Luego de un receso en la aparición de mis columnas de opinión, vuelvo a la carga escribiendo sobre la revocatoria al alcalde de Palmira, las motivaciones que la envuelven y los propósitos que al final podrían obtenerse, o frustrarse, dependiendo de muchas variables. Es incomprensible y difícil de asimilar el por qué de una convocatoria a referendo, para que los palmiranos decidan si el alcalde Arboleda Márquez se va o se queda. Y digo incomprensible, pues estando uno cerca a muchas decisiones de gobierno que se han tomado en año y medio de mandato, se llega a una conclusión simple: ha ejecutado más obras y ejercido mayor liderazgo Arboleda en año y medio de mandato, que los últimos tres alcaldes en un periodo de 10 años. Las cifras no mienten y si las soportamos en una evaluación a grandes rasgos de lo ejecutado en el Plan de Desarrollo SEGURIDAD PARA CONSTRUIR CIUDAD, nos convencemos de que el gobierno está haciendo las cosas bien, no exento de problemas heredados de las dos administraciones anteriores, que de manera irresponsable invirtieron enormes recursos en contrataciones amañadas, ineficientes, inocuas, y ante todo permeadas por un ropaje de corruptela, que nadie podrá negar. Entre 2.003 (gobierno Motoa) y 2.008 (gobierno Arboleda), pasamos del puesto 837 al puesto 132, en el indicador de desempeño fiscal de Planeación Nacional. Por otro lado, pensemos qué sucedió con los $8.000 millones de pesos contratados con un comisionista de bolsa, que se los embolsillara o los “envolatara” un avivato bien apertrechado en la letra menuda de un contrato leonino y que hoy se investiga por parte de la Contraloría General de la República y la Fiscalía. Pero todo no termina ahí: Castro González deja contratación “montada” por más de $22.000 millones de pesos entre los meses de octubre y diciembre de 2.007, cuando sabía que su grupo político – el motoismo – había perdido las elecciones y tenían que raspar la olla antes de entregarle el poder a Arboleda Márquez. Otros $5.000 millones de pesos de homologación al sector educativo, desaparecieron como por encanto en 2.003 y tanto los $8.000 millones como los $22.000 millones y los $5.000 millones atrás mencionados, los debe pagar quién nada tuvo que ver en esos estropicios. Esos $35.000 millones debieron enjugarse en el presupuesto de 2.009. El peso de la reforma administrativa y que era necesaria para viabilizar fiscalmente a Palmira, debió sufragarse en cuantía de $13.000 millones, pero Arboleda Márquez no se asusta con los grandes retos que le exige una ciudad que requería “políticas de choque”. Sin perder mucho tiempo, estructura por primera vez en los últimos 20 años, un PLAN VIAL que será adjudicado en diferentes proyectos y en cuantía de $56.000 millones de pesos. Ejecuta igualmente un programa de bacheo de vías por $2.600 millones y recupera el Coliseo de Ferias en cuantía de $1.300 millones, para realizar la XXXIV Fiesta Nacional de la Agricultura. También invierte en siete “Gobiernos en mi barrio” una suma aproximada de $1.400 millones; realiza el seguimiento al Plan de Desarrollo, montando el programa “MIPASE” o Modelo Integral de Participación Sectorial, evaluando permanentemente – al lado de la comunidad –, los indicadores de desempeño de los diferentes planes, programas y proyectos de los sectores que conforman los cinco ejes temáticos de su Plan de Desarrollo. En el sector rural invierte en los acueductos de La Dolores y Caucaseco, $2.500 millones y se prepara, a través del Plan Departamental de Aguas, a invertir $20.000 millones de pesos en el acueducto regional de la zona plana occidental de Palmira, proyecto regional que abarca los municipios de Palmira, El Cerrito, Yumbo, Vijes y Yotoco (presupuesto total $47.000 millones). Se saneó fiscalmente el Hospital San Vicente de Paúl con una suma de $3.000 millones de pesos y se prepara la ampliación del Hospital Raúl Orejuela Bueno, en cuantía de $5.000 millones de pesos. Y en el próximo año se iniciará la construcción de 4.000 viviendas VIS en La Carbonera, plan que asciende a $90.000 millones de pesos. ¡Qué más podemos pedir los palmiranos en año y medio de gobierno! Faltará la ejecución del 60% del Plan de Desarrollo, Plan que se financiará en los próximos dos años con el ahorro público generado con la compartibilidad pensional, la racionalización de la nómina, la no cancelación de beneficios de la convención colectiva trasladados a funcionarios a quienes la ley prohíbe hacer extensiva y – ante todo – a una eficaz austeridad fiscal y del gasto adelantada por la Secretaría de Hacienda.

¿Qué nos arrojan las 33.000 firmas para convocar la revocatoria del mandato de Arboleda? El 50% de las mismas fue “podado” – y por lo tanto “dado de baja” – por la Registraduría del Estado Civil: firmas dobles, de muertos, de personas que jamás se han registrado electoralmente en la ciudad, de incautos que firmaron convencidos – de que al hacerlo – podían aspirar a una vivienda de interés social en La Carbonera. Simples engaños de electoreros, que camuflados detrás de los promotores de la convocatoria a referendo pretenden pescar en río revuelto, ya que nos encontramos a siete meses de las elecciones para Cámara y Senado. Quienes fueron derrotados en las elecciones de 2.007, aspiran por todos los medios a regresar al poder, algo totalmente improbable, cuando el alcalde Arboleda se robustece día a día gracias a su coalición de gobierno: cuenta con nueve concejales de su partido y siete concejales más de otros sectores políticos que lo apoyan sin reservas. Si tres concejales hacen la oposición, dieciséis hacen el gobierno.

Mi pronóstico para el referendo revocatorio: no pasará. Las obras de Arboleda lo enterrarán y como el ave fénix, podrá sacudirse las cenizas y volar alto en lo que resta de su mandato.

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